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Tema y Variaciones de Literatura 40
Incluso en casos donde se confesaban razones de otro orden
para despedirse del mundo, la opinión pública tendió a elegir una
explicación relativa al amor no correspondido. Así fue como los ro-
tativos pregonaron con profusión los pormenores del suicidio de
Sofía Ahumada, quien se arrojó de una de las torres de la Catedral
Metropolitana de la Ciudad de México el 31 de mayo de 1899, mi-
nutos antes del mediodía. La prensa tildó de impúdico e impío el
gesto y lo atribuyó a una histérica cuestión de celos. Lo sonado del
caso, por otra parte, motivó la escritura de la jocosa novela breve
El
de los claveles dobles
, de Ángel de Campo, publicada por entregas
en las páginas de
Cómico
, entre septiembre y noviembre de aquel
año. La novelita ha sido editada hace poco, acompañada por un nu-
trido expediente periodístico. Precisamente en esa edición se trans-
cribió la nota póstuma, hallada entre las prendas del cadáver:
Yo he nacido para fastidiarme, mi vida es una continua contrariedad.
¿Para qué tales vivo yo? Quiero largarme de una vez a la… eternidad,
si al fin lo que no sirve que no estorbe.
No por esto se culpe a nadie, ni se crea que me suicido por alguno,
ni mucho menos por M. Es muy poco hombre para que me ocupara de
él. Hago esto porque me da la gana y porque así es mi pensamiento des-
de hace años. Lo pongo a él de pretexto para que no tengan desconfian-
za de mí y me vayan a cuidar.
Si mis deseos son cumplidos, mi cadáver no tiene quién lo reclame,
me pueden arrojar a la fosa común, eso si me hacen favor, pues no le
pido ni favor al cielo, ni piedad al mundo.
Mis últimos recuerdos para Homero.
23
El desplante final de Ahumada no sólo era inusual por referirse con
sumo desprecio a los hombres y al amor,
leit motiv
de los sacrificios
femeninos, según proclamaba la prensa. Lo era también en compa-
ración con mensajes parcos, al estilo del elaborado por Manuel
Acuña: “Lo de menos era entrar en detalles sobre la causa de mi
muerte, pero no creo que le importen a ninguno; baste con saber que
nadie más que yo mismo es el culpable”.
24
De cualquier forma, ni
en éste ni en el de Ahumada, asomaban los asuntos del corazón
como germen de la decisión final.
23
Castro, “Estudio preliminar”, en Ángel de Campo,
El de los claveles dobles
,
p. 13.
24
Caffarel,
El verdadero Manuel Acuña
, p. 30.