" tudilnte5 de
II
Universidad queman
l.
bula papal que
amenuaban con el anatema y hacen icual con los demas de·
cretos en el desolladero situado frente a la puerh "Elster"
d,
l.
ciudad de Wiltenberc. LeOn
X
firma la bula de excomu.
nión
Ikcd
RomQllum
Pon/dice/
(Conviene
el
romano pon.
tiriee).
Provisto con un salvoconducto im perial comparece Lutero
ante la Dieta de Worms los días 17 y 18 del mes de abril
1521 , 1. cual había sido
convoc~d a
para realizar las reformas
imperiales y eclesiásticas deseadas por todos desde hacía
decenios y para obligar al rebelde monje a abjurar de sus ideas.
Ni l. presencb del joven emperador Carlos V pudo constreñir
a Lutero a retractarse: .. ¡Aquí estoy y no puedo obrar de
o,tra mi nera, que Dios me ayude. Amen!" Hay muchas ver·
,iones de la respuesLa de Lutero e incluso no
SI!
51be a ciencia
cieTtl lo que respondió. De todas maneras conviene
reCO~1lT
l.
mis
. ceptad. por 10&historiadores alemann, que ren uí:
". menos de que se me convenza por testimonios bíblicos
o
por una ruón de evidencia (porque no Cl'1lO ni en el Papa ni
en los Concilios $0105: es constante que han errado deniasi"do
• menudo y que se han contridicho) estoy ligado por los tex.
tos que he aportado;mi conciencia está cautiva en las palabras
de Dial . Revocar cualquiera, ni lo puedo ni lo quiero. Porque
actull' contra la propia conciencia no es ni seguro ni honra·
do. Que Dios me ayude. Amén", La decisión de Lutero tiene
SUI m.tices relicioso& y heróicos
pese
I que el peligro de
Worms en relativo (cosa que, l in duda, ignoraba Lutero)
puesto que ni el Emperador ni la Dieta imperialtenian por
el
momento la fuerza suficiente para imponer su voluntad
armad. a los principes, a los caballerol,
I
los burgueses y al
lennti$co pueblo. El terco de Lutero, en nombre de la verdad
eYancelica, no estaba dispue$lo I ceder
I
nincuna presión
política y menO$ a la clerical; pero tl3do el entusiasmo dp los
crandn, de 10$ medianos y de 10$ chicos habria que conside·
rar lo que despues del encuentro escribió el predicador Tomas
Munzcr a Martín Lutero: "¡Si tú hubieras cedido en Worms,
t.
nobleza te hubiera asesinado!".
Carlos V, el cual, segun se cuent., expresó que no seria un
hombre como Lutero el que podría hacer de él un hereje. a la
mañana ¡iguiente de la
~unda
sesión de la Dieta hizo llegar
' 51
a
105
príncipes alemanes una dedaración en la que arirmaba
estar rnuelto
iI
manbner en el Imperio la fe annonral. Ibbía
mostrado demasiada longanimidad y .gotido el plazo atord.·
do en el 5a!voconducto, Lutero sería llevado a Wittenberc
y
se procededa contra él como hereje declarado. Sin embargo,
Carlos
V,
armandose de paciencia. permitió que diver.lOs pero
sonajes vi5itasen a Lutero en la honeria donde estaba alo·
jado,1l ' in de que se doblet:ase a 1. autoridad del Emperador
para que este pudiese dar una decisión justa asistido por
jueces imparciales y no comprometidos. El jueves 25 de abril
el delegado imperial von Ecke da por terminado todos los
esfuerzos conciliatorios. El Emperador concede a Lutero 21
días para dirigirse a donde juzgase mb conveniente y transc:u·
n ido el plazo seria perseguido, capturado y proce5ldo. Al día
sicuiente u le Lutero de Worms; en
I U
camino, a pesar de la
prohibición imperial, va IJredic.ndo por todas las ciudades
por dond", pas.a. El 4 de mayo se dirilile a Goth. y una vez pa–
!.IIda Wattershausen, ya O$curecido un grupo de jinetes npta
a Lutero y lo conduce por 6rdenes secretas del Eledor de
Sajonia al castillo de Wartburgo. Ya en la fortaleza se le des·
poja de su habito de agusti no y se le viste con un traje laico.
Transrormado así en el "caballero Jorge", se deja crecer la
barba y el cabello y dedica su tiempo a trad ucir febril e inspi·
radamente
al
aleman del pueblo el Nuevo Testamento. Vive
sólo en la fortalen, melancólico, surriendo alucinaciones deli·
rantes. luciferinas a veces y ataques de brujas. Resulta curioso
que las revelaciones mas angustio!.lls y dramáticas así como
las miiltiples apariciones diabOlicn de que rue objeto, casi
siempre le Icontecieron hallandose en la letrina haciendo de
vientre. esta reladón
en~re
lo .obrenatural y lo escatol6gico
le acompañara durante toda su vida y se le
irá
agudizando
Yerbalmen~e
en sus ponreros años. tll y como lo muestnn
sus cartas y sus
CharlQs de wbremesa.
4.. La secuela luterana
La ruptura de Lutero con Roma arrastró tras él, podemos
aJitmar, a t asi toda Alemania. Bllen número de los grandes
señores realizaron
J
su manera la parle de la Reforma relatÍ\'a
a los principados eclesiáticos, monaslerios, conventos y
1...,142,143,144,145,146,147,148,149,150,151 153,154,155,156,157,158,159,160,161,162,...292