2.' LI
litu.ciOn historicl
d~
1I
Gf!rmlnia
En ví$pe!'1
d~
la
R~forma
lutE'l'lnl Alemanil
~ra,
sin duda,
IInl d.
1111
nadon~
mis ricas de 11 criJtiandad y, PO' lo
~an~o,
l.
qu~
mís
~riblltaba
a la Roma papal. PO$eLa una vigorosa
burruesía, que rivalizaba con la holandesa e italiana, la cual
podemos ejemplificar ri'mitiendonos
11
la gran uodación na·
vier. y mercantil. la Hansa fundada en
1241 ,
de la que depen·
dían tres importantes ciudades marítimas (Hamburgo, Lu·
beck (cabeu directora) y Brema). Esta . sociaciÓn era tan po.
derosa que se dice que ella podía poner y quitar reyes. E" L5-
tíln asimismo en Alemania a comienzos del Jiglo XVI firmas
IHncarilll poderosísimas (Fu"er y Welser) que eran presta·
mistas de reyes y emperadores. lIabía Idemás en aquella exu·
berlnte Gf!rmania unas veinte ,rindes dudades, extensas ex·
plol.lI:iones mineras (ne.yio del poderío tudesco); estableci·
mientol metalÍlrlicos y talll!\"u de fundición, u f como un dis·
ciplinado, ingenioso y productiwo artesan.do.
Lo.
u mpesj·
nOl, por contra,
Jos
siervos de la gleb•. estaban ellpuestos a
los abll506 y graves exacciones de SUI despiad.dos senores.
Es comprensible que la empri'ndedora burguesía alemana
aspirase . llevar hacia adelante, sin In trabas etico·religiosas
Iradicionalu, la atrayente y recompensadon aventura indivi·
dualista. El catolicismo medieval hab ía impedido durante si.
IIlos el desarrollo sin lImites de la ambición y del egoísmo hu·
mano, rilliendo (parali7.llndo y encaunndo) la actividad eco'
nómica por
I~
vía de la
~l.tuJ
y nO por la de la necesidad. El
sentido suntuario de la riqueza;
10$
estllmentos jerarqulcos; la
meu acumulación crisohedonista: ]os d no nes escolásticos re·
lativos
al
predo y salario justos; la teoria sobre la esterilidad
del dinero y
la
condena de la usura impidieron o frenaron el
desarrollo de una moral económica en "ntido capitalista.
Asimismo en esa Alemania del año del Señor de mil y qui·
nientos die-cinueve existía
un~
irrefrenable tendencia, vigoro·
IIImente partieularista, i"ermanistl )' "ador"ial repreSl'ntada
por
101
or~lloso$
príncipes, por
lo~
prepotentes burgueses y
por un" pintoresell y temible gama de caballeros avenlureros,
entre mezcll de poeta y bandido en más de uno, como fue el
CU(l delfamoso Ulrico Hulten, incluyendoconéla Silvestre von
148
Schauellbu.g<l, a Goetz van Berlichillen y al rey de
105
caba·
Ileros salteadores, Franz von Sickingen. que lantaba miradas
ambicious sobre los bienes de la Il:le,ia .[emlna.
En esta Alemania políticamente dividida, de ricos y ensober·
becido, príncipes electores. se lleva a cabo la elección de em·
perl,dor, y lracias al p....stamo de los
túc~,n
(así llamaban los
españoles del Siglo de Oro a tos Fug¡:er) y a los muchos so·
bornos e
intril:~~
es elcgido
p~Til
OCUpM
el
trono imperial, en
cerrad~
competencia con
Fr~l1ci5Co
1,
rey de los franceses, el
jnven monarca de España Carlos
J.
Por SUI)Uesto la candidatu·
ra de éste luvo el respaldo de la
m~yor
parte del pueblo ale·
mán, que vio en el oorgoñon al aspiranle mas germánican'en.
te Idóneo. Para su consagración como C.r]os V tuvo ql.Je
acelllar previamente una serie de condiciones: no convour al
Reichstag fuera del territorio imperial: no penetr... con tro·
pas elCl ranjCl'u en el Imperio y emplear como lengua estatal
el latín o el alemán.
Unido
~
este latente y general
e~pirilu
germánico de emano
cipación, de sentimienlos de libertad, existía un profundo
resquemor contra Roma y
conlr~
la astuta cu ria ro mlnl; un
hondo
re~ntimiento
y rlesprecio po.
105
ávidos delegados pa·
pales
radicado~
en Alemania. Nobles, caballeros, burgueses y
pueblo re5Cntian el derroche, la crlÍpul. y la inmoralidad ro·
mann y todos querían cerrar la bolsa pau que el o ro alem3n
se quedara en casa. La corrupción del papado (nepotismo, si·
maní•. voracidad, dilapidación y lujuria) fomentaba las más
acerbas criticas. Las famosas
Eprslol/ls
d~
/0$
hombres
obscu·
ro,
( 1517)
del caballero
Hut l~n
o Ips de $U amigo el humanis·
ta Crotus Rubianus
mu~ran
el odio alemiÍn conlra los ita.
lianos ambiclo§()s y famelicos; conlra la "citcdra de pestilen·
cia" qu e era Homa. Tambien Erl5mo se recargaba en la suerte
y $U$ criticas en el
E/ogio dI' lo
locur(l ponian al desnudo la
inmoral catolicidad que practicaha y
promoví~
la Iglesia den·
tro y fuera de
la
Ciudad Eterna.
3,· El problema dr las indulgenciu
Se ha dicho y repetido ("on toda la rl7.Ón del mundo que ha y
que liberar al Padre de la Heforma Modcrna, a Martin Lutero,
el cxmonje agustino. de dos ralAS interpretaciones. de dos
1...,139,140,141,142,143,144,145,146,147,148 150,151,152,153,154,155,156,157,158,159,...292