abadíu .
Se
5eculuizan los biena de la Iglesia, que pasan a
manos de 10l
pOdl'l"OSOS
en calidad de beneficios eo:onómicoi
feudales, y se jU$tirican I(U cambios mediante utaratas de
libelos, caricatuu's, satirH, panrletOI y cancionK obscenas
tonlra los católicos ·(dérigos y sql, rH), contra el Papa parti·
cularmente, al cual el propio Lutero caricaturizara como un
abominable borracho que con su cara de beodo abotagado en
un lamentable latín de laberna, juramentos. injurias y proca.
cidades.
Se
hace mofa de todo lo divino, de lo humano, de la
religión
y
fe tradicionales; se destruyen los símbolos de la
servidumbre de la Iglesia; se asaltan y profanan iglesias y
conventos e incluso
SI!
realizan mercados püblicos de monjas
y
monjitas recién exclaustradas.
Ihy
levantamientos de
C'm·
pe$inos desde Suiza a los Estados B.álticos, que vienen a ser
ecos del molimiento de los aldeanos husr;i!as y taboritas, que
desde finales del siglo XV buscaban en
la
legislación social de
1\-10ises y en el género de existencia de las primeras comunida_
dn cri5ti,nas un remedio eficll. contra la explotacion!le que
eran víctimas.
Los
redobles del "timhalero de Niklashausen
(Hans Bohsim) y las reuniones secretas de los asociados de
"El Pobre Conrado" pres.agiahRn la tormenta de
la
guerra
aldeana de
1524·1525
con su énfasis revolucionario sobre la
ieualdad y libertMl para el pucblo oprimido por las cargas
feudales.
Empero desde el 4 de mayo de
1521
al lo. de mano de
1~22
Lutero se encuentra en Wartburgo prácticamente sin
contacto con sus amigos, seguidore, y secuaces potenciales.
Alarmado por las noticias que le IIcgan del exterior y que de
alguna manera se filtraban y lIeeaban, no obstante, hasta él,
escribe una larga carta al Eleo:tor de Sajonia y abandona
el
ca5l.iIlo que le había servido de refulio. El 6 de mano lIella
a Wittellberg para ponerse al frente del movimiento, quc a
redropelo él mismo ha iniciado. para encau¡;¡¡rlo, moderarlo y
reprimir sus excesos. Escribe la
Fiel amone$lación
11
lodo
cris–
liano de
abslen<'!rSl'
de o/borolos
y
wblfwacione$
con d in·
tento de sofocar
la
anarquia imperante por doquier, puesto
que él no admite reforma
al~una
surgida de la agitación popu·
In: la de un pueblo que había mal interpretado su trilogía
de
1520,
al traducir la libertad
e~piritual
del cristiano en
lihcrt.ad revolucionaria reivindicadora en nombre del Evange_
,,,
lio. Todas las reformas deh ían proceder únicamente de la
lutoridad eslableo:ida. El pueblo en rebeldía era ciego y
Sil
violencia procedia de la inspiración di.abólica. Durante su
I\lsencia en Wartburgo.
S"tan'¡~
hó,b ia provocado el desorden
y Lutero se sintió 1I"m;o<lo pro vidcncialmente a aplacar, no
importa los medios empleados,
l~
insurrección que los misti·
cos y exaltados, tales como Tomás Münu,r y Sebastian
Franck, o los " predicantes" y famílicos charlatanes
(Schwllr·
mer)
habían desencadenado.
Todo en vano, el movimiento espiritual·revolucionario, en
lo que tenia de social, se le había esClpado de las manos
I
Lutero y el
23
de jun io de
1524
estalla la
~ublevación
campe·
.in. ,1 SUr de la Selvó' NCoJ:ra; en man:o del
~ño
siguiente apa·
recen"~
Doce i\rtículos" o programa de Reforma concebido
por dirigentes geniales, los cuales. invocando la auto ridad de
Lutero, expon,an sus aspiradones: aholición de la servidum_
bre, propiedacl colectiva de la!> selvas, aguas y montes y reduc·
ción de las cargas (eudales. Reo:laman una administración
democriilica de b Iglesia.
la
supresión de toda arbiuariedad
por
p~rte
del clero, así como de todas las tasas no fundadas
en 105 lexlos bíblicos. Exigen ademas un impuesto territorial
moderado, la supresión de lodO$ lo. castigos
arbitr~rios.
el
e~uhlecimiento
,le una
ju ri.~
icdón impard81 y el retorno, en
fin,
~
1" comunidad de tierras arrebatadas injustamenle por
la nohl('1,8.
Mas el grito de guerra de los humildes seguidores de Lu te–
ro. " Reforma y Libertad" fue rechazado por el hombre en
extremo tradicionalista que en su fuero interno fue Lutero,
quien, a
~r
5U)"O,
fue un reformador aunque el sólo hab ia
querido cambiar las bases espirituales de la Iglesia: había :;cm–
brado vi.cnt05 fiducialesy CO$P.Chaba tempesl.ades revoluciona–
rin. Su
Exloo"oóim
11
lo
pllZ
de finales de abril de
1 52~,
a
prop6silo de los Doce Artículos, va dirigido rnntra los cam·
pesinos ousi,los )'
bondiúos
que no eMend ían que la injusti–
cia y maldad ejercidas por sus señores no justificaban la
rebeld in. La ü"ica libertad que les era permitida a los rüsticos
eu la interior; los únicos de,eo:hos que podían reclamar eran
los de la espiritualidad. Lutero va a reaccionar con extrema
violencia y el 6 de mayo de
1525,
de regreso
11
WiUenberg,
ap8rece su terrible y virulento lihelo
Con/ro las Irordas solteo-