mos allora, que las relativas a las relaciones económicas entre
los cristianos medievales, a los que se les prollibía la practica
de la usura, La libertad que postula el reformador tiene que
ver muy poco, H1ún hcmo. visto,
con
l&slibertades modernps
et1
el sentido del liberalismo económico; empero I,utero al
cuestionar la legitimidad de la
jerarquí~
y estamentos medie–
vales dio luz verde al luteranismo posterior anabaptista y
baptirta·que transformar ía la Libertad trascendental en inma–
nente: libertad moral en rumbo al imperativo categórico
Kantiano; libertad
poljtico~spirituaL
con derecho inclu...... a la
rebelión; libertad parroquial entrenadora de la democracia;
libertad de conciencia orientada hacia la tolerancia y libertad
~onómica
con aceptación incluso del viejo y condenado peca
do del préstamo a interés.
cl Crítica &acramentaL
El tercer documento demoledor de
1520
se refiere a la
Cou–
/iuidod o seruidumbre babilónica
de lo
iglesia_
Los siete sa–
cramentos quedan reducidos a tres (bautismo, eucaristía
consubstancial y penitencia); pero pronto desaparece éste
ultimo y quedan unicamente los dos primero. por su signifi–
cación. Sin embargo lo más importante no oon las reduccio–
nes sino la afirmación luterana de que el sacramento es de
todos y no sólo de los sacerdotes. con lo que quedan simple–
mente éstos
en
calidad de ministros. Lutero devuelve
asi
a los
fieles creyentes
13
libertad de custodiar íntegramente la pro–
mesa de
Dios
que la "tiranía romana" había usurpado. Esto
significa que los sacramentos no dan aquí la salvación (gracia
santificanle) puesto que el nuevo cristiano ya la ha obtenido
si tiene fe. Los sacramentos poseen unicamente un grado de
comunicación y de suyo no tienen otro
y~lor~
su
efit~da
resulta pues subjetiva y no objetiva.
Las
repercusiones
~ciales
y espirituales de este opusculo.
al
i~ual
que las de los dos anteriores, fueron inmensas.
Se
multiplkaron pOr doquier predicadores fanáticos que apela–
ban a la revelación interior, mediante la cual cada creyente se
sentía inspirado por la presencia en él de Dios y creía sincera,
apasionadamente, que Este hablaba y actuaba a través de él.
Incluso la Santa Escritura no limitaba su inspiración, porque
1S6
según él la palabra viva de Dios que salía de su boca mortal
valía más que todo 10 escrito. Los cimientos de la sociedad
bistórici, como vimos,
se
resquebnjaron
y
la reacción contra
los caudillos y las masas evangélicas fue brutal y aniquiladora.
Sin embargo no todo fue destruido y la paulatina racionaliza·
ción po r las sectas luteranas arriba indicadas. de tales ideas
primigenias, depuradas ya de cxce-sos y utopías, contribuir ían
en no ¡KIca medida a la libertad del hombre y a la apertura
del mUfldo moderno.
Bibliografía
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