Uso de recursos /latumles e impacto ambiental
La
mayoría de las ciudades, localizadas en países
en vías de desarrollo, incluyendo México, se ca–
racterizan por albergar enormes grupos de po–
blación que viven en condiciones deplorables en
áreas conurbadas, que en su mayoría han emi–
grado de áreas rurales en búsqueda de oportu–
nidades de trabajo y mejores condiciones de
vida. Sin embargo, estos grupos están totalmente
marginados de los beneficios del crecimiento
económico
y
viven, o mejor dicho sobreviven,
hacinados en enormes asentamientos irregulares
en la periferia de las grandes urbes, donde están
expuestos a múltiples riesgos de salud, que re–
sultan de las actividades de la productividad
industrial
masiva
y el crecimiento económico,
tales como la emisión de partículas contaminan–
tes, provenientes de fuentes fijas y móviles. En
estas áreas urbanas marginadas también se pre–
sentan riesgos asociados a las condiciones de
pobreza extrema en que viven sus pobladores, y
el deterioro del entorno natural es una de las
consecuencias que la caracterizan y que ha alcan–
zado niveles alarmantes en diversas partes del
planeta, que en algunos casos se manifiesta en
situaciones irreversibles.
Sin embargo, hay evidencias históricas de co–
munidades que se han desarrollado bajo concep–
tos de respeto y armonía con el medio ambiente
para ofrecer una respuesta favorable y ejemplar.
Tal es el caso de las ciudades antiguas del perio–
do clásico en Grecia, algunas más durante el
lmperio Romano; al igual que otras que también
alcanzaron un desarrollo notable en diversos
campos del conocimiento, como lasculturas pre–
colombinas en América Central y del Norte. Las
construcciones en estas comunidades se caracte–
rizaron por ofrecer una respuesta favorable a las
exigencias del entorno natural circundante y se
basaron en el establecimiento de una correlación
armónica con las condiciones climáticas y los
patrones sociales y culhlrales locales. Algunos
de los principios de estas comlUlidades se carac–
terizaron por su emoque sensitivo al clima y los
factores del entorno natural, propuestos para
responder apropiadamente a los cambios diur–
nos y estacionales del medio ambiente. El objeti–
vo era lograr bienestar, confort y salud de los
ocupantes, de manera tal que se llevara a cabo
una interacción versátil y dinámica entre las edi–
ficaciones
y
su entorno circundante. Surge de
esta manera una actividad constructiva muy
particular de las comunidades, es decir, una ar–
quitectura tradicional que va evolucionando
gradualmente por medio de la transferencia de
conocimientos y experiencias que pasan de ge–
neración en generación
y
que desafortunada–
mente he}' en día parecen haber sido olvidados
o ignorados. Todavía se pueden apreciar en el
mundo ejemplos de estas comunidades,
y
sobre
todo, retomarse en su conceptualización para
aplicarse en las comunidades existentes
y
futu–
ras, combinando estas experiencias ejemplares
del pasado con los avances logrados en la ciencia
y
tecnología de punta, disponibles para el hom–
bre, y potencialmente aplicables, de acuerdo con
su viabi.lidad técnica
y
económica.
Por lo tanto, es muy importante que, tanto en
países desarrollados como en los que se encuen–
tran en vías de desarrollo, se corrijan las tenden–
cias actuales de la intensa migración poblacional
y del crecimiento desordenado, al igual que el
consumo irracional e irresponsable de los recur–
sos naturales, y la degradación y el dañoambien–
tal que los actuales patrones de consumo energé–
tico y de recursos provocan. Esto significa
reconciliar el acelerado proceso de industrializa–
ción y producción
y
el crecimiento económico,
con la protección
y
conservación del medio am–
biente. Lo anterior se puede lograr por medio de
acciones orientadas al ahorro
y
uso eficiente
de energía, al aprovechamiento
y
la utiliza–
ción de las fuentes altemativas de energía, así como
con medidas para minimizar las presiones en los
recursos naturales y el entorno circWldante.
Por otra parte, las comunidades rurales, parti–
cularmente aquellas localizadas en sitios remo–
tos o dispersos, así como los asentamientos en
zonas urbanas marginales, merecen y deberían
recibir mayor atención mediante programas que
contribuyan a resolver sus verdaderos proble–
mas, con lo cual se prevendría la migración de
grandes grupos de personas a los centros urba–
nos en búsqueda de "mejores condiciones de
vida", lo cual es casi siempre una ilusión frus–
trante. Proporcionar a los habitantes de áreas
rurales
y
semi urbanas los medios para arraigarse
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