ye una expresión bastante clara de que una buena
parte de los recursos no gubernamentales fueron
asignados a través dc criterios que intentaban tras–
cender el sólo propósito asistencial, con el objetivo
central (dentro de distimas tendencias y matices)
de promover ia participación social cn ia recons–
trucción. Adicionalmente, cabe señalar que, cn ge
neral, las familias que tuvieron acceso al financia–
miento en predios expropiados, resultaron benefi–
ciarías ya sea dc donativos o de créditos más blan–
dos que aquellas otras que quedaron encuadradas
dentro del programa oficial.
Otro aspecto que debe resallarse, es el hecho
de que si bien un nùmero considerable de ONG
aportaron o canalizaron recursos para la recons–
trucción de vivienda, cuatro de ellas (FAC, C RM ,
CRS y UN I C E F ) canalizaron los recursos corres–
pondientes a casi el 80 % de las viviendas financia–
das con recursos no gutiernamenlales. Esta circuns–
tancia implica que los criterios y modalidades apli–
carlos por estas cualro organizaciones pueden ser
considerados como decisivos en relación con las
principales características adoptadas por la partici–
pación no gubernamemal en la reconstrucción.
Un tercer aspecto remarcable es cl hecho de
que e! conjunto del financiamiento proveniente de
organizaciones vinculadas con la empresa privada
(incluido el Patronato Nacional do Promotores Vo–
luntarios) se utilizó para programas de vivienda en
predios no expropiados. Esto se relaciona con la
orientación aplicada en estos casos que consistió
básicamente en realizar acciones que fueran com–
plementarias de las desarrolladas por el gobierno y
en brindar usistencia Individuiiimtnte a familias
damnificadas.
Por úlíinií], la acción de las ONG en el inlerior
del país (fundamentalmente localidades de los Es–
tado de Guerrero y Jalisco), corrió casi exclusiva–
mente por cuenta de dos de ellas, C R M y CRS.
Debe recordarse que algunas poblaciones del inte–
rior del país rRsultaron virtualmente arrasadas pero
que, sin embargo, la atención de la opinión pública
resultó focalizada sobre ta ciudad de México. En
este sentido puede considerare decisiva ia acción
desplegada por las dos organizaciones menciona–
das.
En cuanto al impacto social y político del fi
nanciamienlo no gubernamental resulta interesante
dcsiacar que cerca del 'X)% de las viviendas produ–
cidas con esle financiamiento, las correspondientes
a C R M . F AC , CRS, UNICEF, PASE. P ROMEV l
Y F UNDE CA l , fueron realizados dentro dc moda–
lidades que, aunque variables, dieron lugar a la par–
ticipación social y la gestión colectiva. Tanto por su
predominio numérico como por el impacto deriva–
do de esta característica comíin, el presente estudio
se concentra en estos programas, limitándose a re–
alizar breves menciones de los restantes.
Mnntü y origen de los recursos no guber–
namentales.
Globalmente, hemos estimado los recursos no
gubernamentales canalizados hacia la reconstruc–
ción de vivienda ea 54,247,000 dólares estadouni–
denses (Cuadro 1.3). Se puede considerar esta cifra
bastante ajustada a la realidad, dado que sólo he–
mos tenido que recurrir a estimaciones en los casos
dc PASE, organización respccio de la cual sólo pu-
dmios captar cifras en pesos, y del grupo do las or–
gan iz.aeiones vinculadas a la empresa privada. En
ambos casos nuestra estimación está basada cn el
número de viviendas financiadas.
Existe una correspondencia bastante estrecha
entre el porcentaje de viviendas financiadas a través
de tas cuatro organizaciones que mencionamos an–
teriormente como aquellas que concentraron el
80% de ias viviendas financiadas ( C RM , F AC , CRS
y UNICEF) -consideradas en conjunto- y el por–
centaje de los recursos canalizados por estas mis–
mas oiganizaciones (véase Cuadro 1.4). A nivel in–
dividual esta correspondencia er menor, situación
que puede ser explicada por multiples fuclores sin
que sea posible establecer la infiuencia específica
de cada uno de ellos. En los casos de C R M y CRS
su mayor participación en las viviendas financiadas
resulta explicada parcialmente por el hecho de que
una proporción muy elevada del financiamiento fue
destinada a vivienda rurai, cuyo costo es inferior al
de la vivienda popular urbana. La reducida partici–
pación
ЙС
C E MA D en viviendas financiadas - 1 %-
contrasta notoriamente con los recursos canaliza­
dos
-<>%-.
Í,ÍD
embargo, debe tenerse en cuenta
que esta organización realizó donativos para la ad­
quisición de vivienda que no se tradujeron en pro­
gramas dc vivienda y que al menos una parte de las
viviendas gestionadas por P R O ME V i corresponden
a los recursos canalizados por C E M A D . De acuer­
do con las declaraciones de la propia organización,
los cinco niilloncs de dólares canalizados se utiliza^
1...,353,354,355,356,357,358,359,360,361,362 364,365,366,367,368,369,370,371,372,373,...470