"Todos propietaríosl'
En 1984, la delegación Cuauhtémoc promovió
un programa niucho más ambicioso, denominado
"Compra de Vecindades y Reconstrucción dc Vi­
viendas". Interesa detenernos sobre esle último es­
fuerzo de las autoridades dcicgacionaies, ya que
constituye cl antecedente inmediato de la expropia­
ción y del programa RHP. Además presenta carac­
terísticas operativas muy parecidas a las del progra­
ma "Fase П", programa que prolongó las acciones
de reconstrucción y rehabilitación post sísmicas.
La estrategia de la nueva acción consistió en
levantar cl obstáculo que se oponía, desde siempre,
a la renovación habilacional dc los viejos barrios
deteriorados: los arrendadores Las autoridades
terminaron entonces por aceptar la únic
:t
salida al
problema que fuera aceptable para la mayoria de
propietarios: la venta dc sus inmuebles, Para ello,
se levantó una bandera ideológica de amplia acep–
tación: la dc "todos propietario.s". El pro¡;rama
coincidió con la posibilidad de acceder, por prime–
ra vez, a importantes recursos financieros para la
población de ingresos bajos o no asalariado: tos
fondos del F<.)NHAPt), Las limitaciones principa–
les eran, por un lado, la voluntad dc los propieta–
rios para vender
я
los inquilinos y, por olro, cl
acuerdo mutuo entre éstos para comprar
su
veeiu-
(.tad en eopmpiedad, intcrpoiiiéiulose en medio, el
prifblema del tirecio
Л pesar del poco tiempo en
íjuc
se aplicó cl
programa se (rueden adelantar algunos elementos
de evaluación, como hipótesis de Irabajii. Del lado
dc los arrendadores, los que accedieron
a
vender
por lo general pcnsaiían que podrían rcntabiii/ar
mejor su capital colocándolo en ei mercado finan–
ciero (CETES, dolares, etc.). Para ellos, la especu–
lación inmobiliaria era un lujo que no querían, o no
podían darse. En cambio, los propietarios de múl–
tiples vecindades, generalmente respaldados por
empresas inmobiliarias, optaron por dejar dormir
sus capilales, en espera de poder realizar mayores
rentas del suelo en cl futuro. El tipo de propietario
no es el único determinante de
'a
disposición a ven–
der; influyen también la localización del predio, la
rentabilidad obtenida (en algunas vecindades muy
elevadas, en contra de lo
i
]ue se piieile pensar), el
grado dc ocupación del terreno (algunas veeinda-
dcs tienen ya un alto porcentaje de cu:irtos en rui–
nas y/o desocupadas) y la eonibalividad de los in–
quilinos.
Del lado de los inquilinos, las actitudes hacia
los programas de adquisición de vecindades son
también bastante diferenciadas. Una parte rechaza
pagar, por la compra de su cuarto ruinoso, una
cuota que puede llegar a representar más de diez
veces el alquiler vigente, o mucho más, si se trata
de una renta congelada. Otros prefieren perseguir
la alternativa dc un lote periférico autoconstruido.
Otros piensan tener alguna posibilidad dc negociar
con la burocracia sindical y obtener una vivienda
del I N F ONAV I T o del FOVISSSTE, Oueda tam–
bién un porcentaje importante de inquilinos, cuya
situación económica le impide acceder a la compra
dc su vivienda: ancianos, viudas, solteros con ingre–
sos dc pobre/a y otras categiirlas sociales práctica–
mente in,solvcntcs
La pregunta
íjUC
qucthi por plantearse es ¿en
qné medida los sismos, los Decretos Expropiatorios
y el mismo programa de RHP se inscriben dentro,
reorientan o rompen con esta larga trayectoria dc
acciones públicas de renovación habitacional en el
centro de la Ciudad de México? Se intentará res–
ponder en los capítulos siguientes, a partir de una
evaluación del impacto del programa de RHP so–
bre la problemática urbana y habitacional dc la
Z E .
1.
l'anc
di-
и
piihiiR'iòn
de
lii& cuüfíiw dc strviciiis de Ш
l)md:id Niin<>iili-(i 7'Ь11с1.Ит fué htiicfieiad.i por cl pmi(rünia
Iti It'
2.
1^4П| LiiKi iiinpliii Visión lid pi4>i'iiMi dc iirliiim/4j,ton dc lu
l iiLitiid ifc Mi-xuii huM,! 1'Л11, vlfusc Mnrciiu losiíino ttÀimp.)
I'J7H.
.1. Pi:
mil iisii'm n^iis rtmplrii, ver. l'cili^ (t'№l).
4..I J aplicaridn del ctns[j dc 1480 a la /.1; planica ргоЫс-
mas: ver алсхо mctndoingico.
.S. 'fiírniíim uliliyad!, piir Nixrmi Siiil.irski PIK2. citadru
N"1
(i.
t^ara dalos ücs^^kii^adob dc cada una
las 13 züna.s deH-
ndaü ptir e[ proyrama Rl tt*. ver k s cuadros N * 2.6 y 2.7 a] final
dt este incisd.
7. Varia.s disposiciones Ic^jalcs prohihcn cl alquiler de una
vivienda que no reúna 1a.s condiciones dc higiene, salut^ridad y/o
cslahilidad esiructurai.
M.
íis ct>meniarins a lus fuüdriw fi-2,c y íi-2.f de
[\V
(l'rtK)
1...,36,37,38,39,40,41,42,43,44,45 47,48,49,50,51,52,53,54,55,56,...470