una política dc "erradicación del tugurio", es decir
de 1ая vecindades, sinónimo de "hacinamiento, con–
diciones du vida inTrahumana (¡uc llevan al aniqui¬
lamiento moral dc sus habitantes, al vicio y a la des–
trucción dc la familia". El mismo estudio terminaba
con la propuesta de la erradicación de 15,1(14 "tugu–
rios" y la construcción de 23,23() viviendas dc inte–
rés social, después de haberse efectuado "el despla-
/^micnliï técnico de las poblaciones afectadas"^ . Si
bien csla propucsia no se llevó a cabo, es sin cni-
l>arf.n> al anleeedenle teórico y técnico iiiniediain ile
las operaciones dc renovación cmprcnilidas en las
dos decadas siguientes.
Con sus 1 l,95ó viviendas, el conjunto Nonoal–
co-Tlalelolco (19.5S-1W)2) constituye la más grande
operación de renovación urbana que ha conocido la
Ciudad de México, antes del programa RHP. Su
construcción requirió la demolición previa dc unas
I.ÍXKI viviendas ubicadas en terrenos dc los Ferro–
carriles Nacionales. Aunque los nuevos departa–
mentos supuestamenle iban a beneficiar a los habi–
tantes hacinados en los tugurios insalubres y en rui–
nas dc la /.onu (BNIILIOPSA, l'>(>3), su precio los
ponía fuera de .su alcance. Este se debe en parle a
que el proyecto inicial de alquilar los departamen–
tos a precios módicos se abandonó y se prefirió po–
nerlos a la venta a una población eon mayores re–
cursos ecimómicos, mediante 'certificados de parti–
ci pac ion inmobiliarla".
El mismo lipo dc renovación urbana se re()ilió
durante los años sesenta: el conjunto 'Soldoniinio.s",
cu la Colonia Doctores (')!() departamcnlos) impli–
có la cupulsióii de 210 familias del edificio "El Kucn
Tono"; la construcción de los multif,itniliares "1
.J
Canderaria dc los Putos' (УоК viviendas) requirió la
erradicación del barrio del mismo nombre. Estos
son los principales tcsiigos dc la "renovación bu–
lldozer", cnlendida como eliminación de man/anas
o barrios previamente declarados "insalubres",
y
címsiderados como un peligro para la .salud, la hi–
giene y la moral pública.
Esta renovación se caraclcri/.ó por su fracaso,
social, en cuanto que expulsó la población original
de bajos ingresos, y económico, al eliminar al arte–
sano y la pequeña industria. A estos inconvenientes
habría que sumar las con.sccuenclas negativas de un
patrón arquilcctónico de torres habitacionalcs. por
sí conflietivas, y la generación tle espacios "veides"
que se coiivlerlicran en verdadera licrra de ii.idie,
a]>ro]iiada por vagos, "teporochos" y bandas tle tle-
lincuenlcs.
La renovación
puntual
y la "sustitución de vecindu-
iles"
A parlir de I'í7(), se inició una una mayor pre–
sencia pública en el camp<i habitacional a nivel na–
eional, con la creación de organismos públicos dc
vivienda como el INDECO, el I N F ONAV I T , el
FOVISSSTE y el EOVIMl. En la Ciudad dc Méxi–
co esta politica tlió lugar a la edificación de grandes
conjuntos habitacionales cii la periferia, en ihmdc
los organismos públicos, incluyendo a la Dirección
dc la Habilación Popular del DDF, enconiraron te–
rrenos a bajo precio.
En el centro de la ciudad estos mismos orga–
nismos también intervinieron, sin ningún plan dc
conjunto; :^us pequeñas conjuntos habitacionalcs se
diseminaron en el tejido urbano, al rilmo de la len-
la y problemática adquisición de terrenos baldíos o
de vecindatJcs ruinosas. El Programa de Renova–
ción Urbana del INDECO produjo asi algo más de
.500 viviendas nuevas en las colonias íiuerrcro. T e -
pilo, Morelos, Anahuac y Doctores. Con su progra–
ma de "sustitución de vecindades, BANOB RA S hi–
zo lo propiti, centrando su acción en la Colonia
Morelos. Entre 1975 y 1976, esle organismo había
logrado construir 3
^19
nuevos departamentos y tenía
firmado contratos de compra-venta con 15 propie–
tarios de vecindades. En ambos casos, .sólo un por–
centaje reducido de inquilinos originales logró ad–
quirir una vivienda nueva sobre el predio recons–
truido: 45% en promedio en el caso del INDECO,.
y Z3% para las operaciones BANOB RA S .
Kl "Plan Tcpito"
El programa aplicado en Tepilo entre 1972
y
1984 consliluye el primer intento de renovación ur–
bana, en una zona de alto deterioro habitacional,
que logró beneficiar mayoritariamenle a la pobla–
ción residente. Una de las bases de este éxito relati–
vo fue el establecimiento dc mecanismos dc conccr-
lación entre las autoridades y las organizaciones so–
ciales del barrio.
I j i s
primeros funcionarios respon–
sables del Plan Tepilo utilizaron hábilmente la mo–
vilización de los inquilinos para negociar con venta–
ja la compra dc una reserva Icrrilorial importante:
4<),KHí) m, la mitad de ella todavía sin utilizar al mo-
iiienlo tic los sismos dc 19K5. Se logró un precio
promedio de eoiii|ira dc S.5<)0/ni, la lercera p.irtc
del vahír conicrci,il dc Uis preditis c, inclusive, por
debajo del valor catastral de los mismos.