El Plan Tcpilo arrasó con la 1о( alidad dc las
construcciones en tres manzanas, en las que se
construyeron 761 departamentos, lo que signlTicó
un déficit dc 399 viviendas en relación a las demoli–
ciones efectuadas. Así, 350 familias vivían tndavia
en campamentos de vivienda "transitoria", diez años
después, en septiembre de 1985. De éstas, la mayor
parte eran comerciantes y artesanos, cuyos Ingre–
sos, además de ser bajos, son inestables y ПисШап
con los ciclos de la economía dc las clases popula–
res, que constituyen su principal clientela.
Las nuevas viviendas construidas teman super–
ficies variables (desde 37 m hasta 71 m), con el fin
de satisfacer distintas necesidades de grupos fami-
hares más o menos numerosos. En la práctica, se
produjpo im efecto no deseado con la diferencia–
ción de los adquirientes en función de sus ingresos,
llevando al hacinamiento de famihas de gran tama–
ño, pero con bajos ingresos, en los departamentos
de menor superficie.
A partir de 1982, las organizaciones del barrio
se fueron op<miendo cada ve/, más a una renova–
ción habitacional que habla beneficiado sólo u una
parte dc sus habitantes, además dc rechazar un di–
seño arquitectónico que no restituía cl (saiio dc la
vecindad y que no tomaba en cuenta la articulación
- cractcríslica del barrio - dc la vivienda con las
actividades artesanales, comerciales y dc servicios.
La ejecución del programa dc renovación se
suspendió en 1984, cuando la Comisión de Desa–
rrollo Urbano del D.F. (CODEUR). undécima ins–
titución que estuvo encargada del Flan, resolvió
que la oposición de las organizaciones de comer–
ciantes, obstaculizaba un programa más ambicioso
que tenía para la reestructuración del corazón co–
mercial del barrio. Esta derrota institucional del ur–
banismo modernizante era producto de un de los
primeros trabajos de ptaneación urbana participati–
ve entre las organizaciones del barrio y la Escuela
Nacional de Arquitectura de la U N AM , "Autogo–
bierno". Conviene señalar aquí como antecedentes
importante del Programa de HHP, el hecho de que
el Programa de Mejoramiento propuesto consider–
aba que ia renovación habitacional debía actuar lo–
te
por lote,
con edificios
de
baja
altura y preser–
vando la existencia de talleres y pequeños comer–
cios, criterios que retomaría el programa dc recons–
trucción posl-sísmica.
Antecedentes
y
probleraátlcu de los programaii de
rehebilllación
Ya desde 1974 cl INDECO había intentado
una primera experiencia de rehabilitación dc vivien–
das en una vecindad del barrio de Tomatlán. Los
19 inquilinos se hablan organizado para obras de
consolidación de sus cuartos y la rehabilitación de
ios servicios comunes: drenaje, lavaderos y WC.
A
una escala mayor,
la
delegación Cuauhtémoc pre–
tendió desarrollar este tipo de acción, entre 1974 y
1984, a través de varios programas de "remodela–
ción" o "mejoramiento de vecindades". En 1976,
funcionarios de dicha delegación aseguraban que
4,000 vecindades (60,000 viviendas y 300,000 habi–
tantes) estaban a punto de caerse. Frente a ia ur–
gencia y tamaño del problema, las acciones parecen
insignificante: para 1978, solamente 77 viviendas ha–
bían sido rehabilitadas, principalmente en la Colo–
nia Guerrero. En ios años siguientes, este tipo de
acción no tuvo mayor éxito: entre 1980 y 1983 el
programa habla logrado interesar a los propietarios
dc solamente 10 vecindades para que efectuasen
trabajos dc mejoramiento.
Este tipo de programas se enfrentó dc hecho
con varios obstáculos:
- Recursos presupuestarios escasos;
-la negativa de ios propietarios para cumplir
con su obligación de rehabilitar sus inmuebles en
renta y la falta de instrumentos legales para obligar–
los;
-la corrupción de funcionarios, que se limita–
ban más bien a clausurar cuartos por razones de
salubridad pública
-la negativa de los inquilinos para pagar el pre–
cio de la rehabilitación - a un plazo de 5 años - sin
tener la seguridad de la tenencia;
-el desinterés de
los
propietarios en seguir al–
quilando sus inmuebles, y menos aún en congelar el
aumento
de
sus alquileres.