3.
EL IMPACTO DEL PROGRAMA RENOVA-
ClON HABITACIONAL POPULAR SOBRE LA
PROBLEMATICA HABITACIONAL
31 El Programa en relación con la desinicción
carnada por los sismos
(lifldl fstimiii'ión
úv
los daiiiis
hultiliii
'liiiiiih's
Han sido amplianicnlc fninenlado las lucrlcs
discrepancias en las c.slimaciones dc los daños pro–
vocados por los sismos dc 1^85, solirc livdo a nivel
dc la vivienda'. La Comisión Económica para Amé–
rica Lalina ( C E P AL ) (l^JHS), cslinió ijue liieron
31),000 las viviendas destruidas y ÓO.IHHI viviendas
dañadas; por las mismas fechas la C'íjmisióri Metro–
politana de Emergencia seríalo que
LVL^L**
familias
habían perdido su vivienda. El 20 de diciembre, la
propia C\)misión Metropolitana dc Emergencia,
precisaba en su informe final que 3,'745 edificios ha–
bitacionalcs habían sido afectados, con un número
estimado de J0,000 viviendas. El Fondo dc Habita–
ciones Populares (FONHAPO), por su parte, con-
tabili/ó 15
,f
)(Xl viviendas "que se perdieron y debe–
rán ser demollda.s" y .S5,()0() que "sufrieron daños de
diferente grado"
( K O N H A P O ,
l<)8
(i).
Por úllimo,
el .Secretario de Hcsarrollo UrlMiio y r.eoloj.M
.i
li
.i
Mó jiubliíaiuenle el IK ile seplieinbre de l
'^SÍi di
un lotal tle
1IH1
,INHI viviendas .ileeladLis y di
iiii.is
2ll,IHKI familias sin .Henderse, en viviend
.is
sin
iLirios
.severos (fonnolly, I^W71.
Ln factor ijue imjiidió la cii.intilicaeión
pri
-eisii
de los daños causados por los sismos a la vivlLnda.
es la discrepancia de criterios ulili/ados para esta–
blecer la existencia,
o
no, del "daño". Fuera de los
casos en donde era muy cvidcnic, por tratarse dc
derrumbes totales o parciales, en la mayoría de los
casos era muy difícil discriminar si las deficiencias
físicas se debían al sismo o al deterioro habitacional
que se venía dando desde hace décadas. De hecho,
un porcentaje significativo dc los cuartos de vecin–
dades eslaban en ruinas y desocupadas desde años
atrás. Por otra parle, la mayoría Je los prolesiiinis-
las que realizaron los peritajes lécnieos mosiciron
un gran deseonoeimienlii de la [iroblein.itii.i h.ilul
.i
eiiiiial en la Ciudad renlral. f
-s
eiiloneis dilieil
iv,i
luar el impacto del programa KenoN'aeión ll.ibil
.i
cional Populai. en relación con los il.inos liabil.u io¬
nales causados jior los sismos, más aiin en relaeioii
con las viviemias afciladas denlro ile la
/oii.i iL-
Ejipro¡iiaeión. |-,n cíei.l
<i,
tos dalos disponibles
so–
bre los danos por .irea geografie.i.
o
bien son dema–
siados agregados (por delegación), o bien, no dis–
criminan si eran de uso habitacional o no.
Con todas las reservas del caso, es sin embargo
necesario aproximarse a un análisis del impacto di–
ferencial del sismo en ia ZE. Según el mapa de i,so-
tincas de inlensidad de daños para construcciones
de cuatro o menos niveles (Plano No. .Я.1), son dos
tas áreas más afectadas. La primera abarca la parte
mirle de la ('oloiiia Doctores, l,i casi totalidad del
l'rimer C'u.iilro y la paite sur de
Li
Colonia More–
los. La segimiLi, liirie su ceniro
i
-n ta Colonia Emi-
lianii >íapiila de la Dcleg.ición Gustavo A. Madero
y abarca colonias loliiidaiiles como lloiulojilii. Faja
dc Oro y Gertniíli/ Sanche/. Dentro de l
.i
'/M,
los
elcitos deslrilclores de los sismos se hii-ieíoii sentir
liredoniinaiiu-iuenli- en la Dele^aeion t ii.uiliiémoe
(l'ljno No
.2).
LO
anlerioi .se eoiisiala lamiiién en
las cédulas contestadas por los ílaninifieados en los
módulos de la .Seiretaría de Desarrollo Urbano y
Ecología (,SEDUE): el
(6%
declaró habitar la De–
legación Ciiauhicmoc y solamente un
H"/r
la Vcnu,s-
lianü Carran/a. Esle dato es, sin embargo, insufi–
ciente para eslimar los daños habiiaeionales dentro
de la ZE. En efecto, muchas colonias de la Delega–
ción Cuauhlémoe ijue habían sufrido fuertes daños
no fueron lomados en cuenta por la expropiación, o
fueron dcsineorpoNidas del segundo ilecrclo. Tal e,s
el caso de í
.is
eiiliiiii
.i,;
lioni
.i,
.liiánv, C'iiahlcnioc y
San Kabul {(
HO
No. VI)
Un
i
si lidio
ii
.il¡/,iilo poi l.i .Si'ciclaií.i (icner.il
di Obras di-l n.D.l.. presenta e.slailislieas .sobre in–
muebles it.iñ.ulos
jior
colunia que peí niilen evaluar
lenlalivamenle el mipaelo relalivil ilel sismo dentro
dc la Zf'i. Fu rcLieióii con los eililieios alcclados en
el eiinjunto de la < iudad, un .Só% se locali/an den–
tro dc esta Zona (('onstru-Nolieias, IW.*i). Este es–
tudio no aporta datos .sobre los usos dc los edificios
dañado.s, por lo que el porcentaje anterior sólo se
uprosima a la proporción de cousirueciones habita–
cionales eorrespondienle a la ZE (Cuadro No. 3.2).
De acuerdo ton el mismo estudio, un 75% de los
inmuebles dañados dentro de la ZE .se localizan en
la Delegación (. uiiiililémoe.
La eujiiljlieai ion de las viviendas dañailas den–
tro de la /1
i
s eiiioiiees muy poco iiinílable: si j la
estiin.iiion ili t
.i
SlíDUL dc apioxiiii.idamcmc
ИН1,111Н1 viviiiiiLis .ilectailas pm los sismos, se le
ajiliea el poieenl-iii' ile -*ííi'í, habrían sitio eiibc
У
(id.UIX) las viviLiiil.is il.iñ.idas dentro tle l
.i
'/V
1...,52,53,54,55,56,57,58,59,60,61 63,64,65,66,67,68,69,70,71,72,...470