Existen sin embargo, itiTei'eneias riolables entre
las "áreas testigo". Sobresale, por ejeniplív, el des–
palme de los precios en la eolonia Doetores (-4íi
*íí.)
cuando es juslameníe csla zona la iiue había exjicri-
mentado, entre l'lKll y l'W4, el mayor incremento
( + 149%). Ahora bien, los valores registrados co–
rresponden a predios localizados en la parle norte
dc dicha cotonía, en donde, antes del sismo, .se es-
taha dando una fuerte penetración de actividades
terciarias (administración pública. Televisa, etc.),
en edificios que se colapsaron o fueron fuertemente
dañados. En este caso, el impacto del sismo sobre
el mercado del suelo parece evidente. Por el con–
trario, en el caso del Primer Cuadro, la desvahiriza-
ción de los terrenos se venía dando ilesdc tiempo
atrás, y la aceleración de la misma p,ir:i 1*)84-Kfi (-
.S7''r), debe obedecer ,i un conjunlo de ladores, in–
cluyendo el sismo.
Ocniro tle esle ¡ianoiaiii:i. resalla en forma
coniradictori,! el comportamiento del mercado en
la colonia ffllerrero. en tlonile los terrenos parecen
rcv.ilorizarse eonstanleineiite", inclusive eníre I9S4
y 19Hti. A tílulo tle hifióicsis, fiodenios hacer notar
que se trata ríe un área que fue menos dañada (11.ó7
inmuebles por hectárea, conir.i 2.97 [tara el área
t eiilm-Mereed, y 2,4S par.i la Doeloiis).
^expropiación, revocaci unes
y
uníparos
Teóricaiiienle, era previsible que ta expropia–
ción produciría diversos efectos sobre el mercado
del suelo. La primer
.i
razón eoncierne los efectos
dc la expropiación sobre ta eliminación enunciada
de las "rentas congeladas". En efecto, existe la opi–
nión generalizada que las "remas congeladas" han
venido frenando (o "congelando") la valorización de
las ,ireas centrales. De ser cieno, la expropiación
de predios de rcnla eobgclada tendría un impacto
sobre el mercado inmobiliario, al desaparaccr uno
de los factores que frenaba la vaíoriz,ic¡ón dc los
terrenos.
Sobre lo anterior, tenemos escasos elcnienlos
de verificación. Los datos disponibles :,ohre "rentas
congeladas" son de 1976 y, además, no cubren toda
la ZE, sino solamente nueve regiones calastrates de
la delegación Cuauhlémoe. En eslas regiones, la
Tesorería del D.D.F. tenía registrados 2,0K9 predios
ctm una o más "renta (s) congelada (s|", con 9,lfi4
viviendas b,ijo esle régimen (Cuadros N"s, .V2ó y
.L27). Dado t|ue el número de jiredios expropiados
es más del doble (4,Í2.3), se potiría pensar que la
lolalidad de los predios con alquileres congelados
exislenles en octubre de
VJH5
fueron incorporados
a los decretos dc referencia- Sin embargo, no es así,
lin dos de las "áreas tesligo" para las cuales hay in–
iormación al
reS
|ieelo, no íueron expropiados un
porcentaje importante de predios con "reñías
eoii-
gelada.s":
^S'Hi
en el barrio de Los Angeles de la
colonia (iiierrcro, y 79% en el área testigo C'cntro-
Mereed (Cuadro N" 3.2Л). Se puede afirmar, enton­
ces, que subsisten "rentas congeladas" en los barrios
centrales urbanizados antes de 1942. Ahora bien, se
puede preguntar sí efectivamente las reñías conge–
ladas siguen desempeñando hoy en día un papel
significativo en ta evolución de los precios dc los
terrenos en Lt Ciudad Central. Al menos, un admi–
nistrador lie inmnebles entrevistado tipinéi lo con–
trario.
Otra razón p,ira vincul.ir la ex[impiación con la
dinámica del mercado del suelo, es que csla medi–
da indireelamenle permitió acceder a la propiedad
de sus viviendas a más dc 44,(100 familias dc inquili–
nos y, asi, incorporó a igual número dc viviendas al
mercado inmobiliario de compra-venta. Tal efecto
constituyó una de las preocupaciones de varios lí–
deres dc las organizaciones dc damnificados, que
veían en ta expropiación una forma dc dinamizar el
mercado y dc íavoiecer la valorización de la tierra
urbana. No fueron pocos los que sintieron verifica–
dos sus lemores cuando muchos propietarios de
predios expropiados manifestaron su inconformi–
dad y proniovieron Recursos de Revocación y/o
Juicios de Amparo.
Se jiodria pensar que estos propietarios se opo–
nían a una indemnización cuyo monto estuviera por
debajo dc los nuevos valores del suelo que la expro–
piación y la futura reconstrucción dc inmuebles iba
a generar. Esto explicaría que algunos propietarios,
inclusive dc inmuebles con alquileres congelados,
se negaban a ser expropiados. De ser acertada esta
hipótesis, era de esperar que las áreas de mayor
potencial dc valorización fuesen también las áreas
en donde los propietarios manifestaron mayor re–
sistencia. Un análisis detenido dc la distribución
geográfica en la ZE, de los predios cuya expropia–
ción fue revocada, y de lo.s que eslaban en Juicio de
Amparo, no parece convalidar la hipótesis (Plano
N'" ,3.6), Por una parle, un porcentaje importante
(más de 4<l%) de los predios revocados o ampara–
dos se localizan al noreste, este y sureste dc la ZE,
que son coloni,is en donde el impacto de la expro-
¡liación fue muy limitado. Se trata de asentamientos
que no perlenecen a la "Herradura dc Tugurios" dc
1...,62,63,64,65,66,67,68,69,70,71 73,74,75,76,77,78,79,80,81,82,...470