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dos a voluntad de la persona que los emplea para poderlos
aplicar en las superficies que seran coloreadas, obteniéndose
líquidos o pastas de diferente densidad, que daran como resul–
tado áreas cromáticas lisas o texturadas.
Dependiendo de estos solventes tenemos pigmentos que se di–
luyen en aceite como la pintura al óleo que usa aceite de linaza,
o el esmalte de uso industrial; si el solvente es agua, el pigmen–
to artístico será la acuarela, la pintura a la témpera el acrílico,
etc. o la pintura vinílica usada en construcción y decoración;
hay adelgazantes industriales como el thinner o aguarras para
fluidificar esmaltes, lacas, barnices, o la bencina (gasolina blan–
ca) que diluye la pintura al pastel de aceite. Si se quiere tener
superficies de color texturadas también hay substancias como
el medium de las pinturas acrílicas que las engruesa.
En los pigmentos artísticos se busca la pureza del color, la cali–
dad de su mezcla, la permanencia en un lugar luminoso, etc.;
en los industriales los requisitos son la resistencia a los agentes
atmosféricos, luz, frío, lluvia, asoleamiento, etc. resistencia a los
agentes químicos, gases, vapores, temperatura. corrosión, etc.
La superficie en la que va a aplicarse un color es igualmente
importante que la calidad de los pigmentos y sus solventes. En
términos generales, una superficie rugosa absOfbe mas color y
lo conserva mejor que una superficie lisa. si es brillante, difícil–
mente retiene una capa de pintura aunque ésta puede aplicarse
de una forma integral al material. La calidad de un papel. de
una cartulina o una tela es de vital importancia para resaltar la
intención que se tiene al expresarse por medio del color.
En términos de color, mezclas, contrastes, superficies lisas o
texturadas, la calidad es básica y no se debe sacrificar pues se
reflejara en la calidad de la obra terminada.