Tema y Variaciones 42 - page 57

Dolores Rangel
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Porfiriato y cubre también los tiempos revolucionarios. La segunda
parte muestra la época de Calles y los fútiles beneficios que los in-
dígenas recibieron como consecuencia de la revolución. Las accio-
nes de Saturnino Herrera, candidato a gobernador, sus intereses y
la manipulación a la que somete a los indígenas destacan la cre-
dulidad y desesperada necesidad de los indígenas. Saturnino se
convierte en un Mesías para el pueblo Otomí a quienes engaña a
base de promesas y explota para perpetuarse como un nuevo en-
comendero. Saturnino es el mestizo que reniega de su origen y se
adhiere a los beneficios otorgados por el blanco. En la tercera par-
te, el descrédito de las promesas de Saturnino es total y el fatalis-
mo se sobrepone ante la perpetuación de las mismas condiciones
ancestrales de explotación. Nada ha cambiado. Sólo fue un res-
plandor.
A pesar del dinamismo que se vive en la época de Calles,
Magdaleno asocia la identidad del indígena con un estatismo sub-
yacente en las fuerzas políticas y económicas del país. A pesar de
haber concluido la revolución y por ello, haber terminado con los
sistemas opresivos de producción agrícola, la novela delata que las
cosas no son tan fáciles de cambiar. El discurso popular nacional
sobre la mejora de las condiciones de vida de todos los mexicanos
no llega al sector indígena. Esto se debe a que, como menciona
Valdivia Dounce, la política indigenista del México posrevoluciona-
rio (1910-1934) fue una política de exclusión: “pues aunque no
fue diseñada
ex-profeso
, el Estado excluyó a los indios de la for-
mación nacional y en consecuencia, de todo tipo de presencia y
participación social y política. Eran tiempos en los que la discrimi-
nación formaba parte de la ideología mexicana” (129). En una se-
gunda etapa (1934-1940), Valdivia Dounce señala que la relación
establecida entre los indígenas y el Estado fue una relación pater-
nalista “lo que significó que el Estado no reconociera la capacidad
de autodeterminación de los pueblos indios, es decir, su derecho
a decidir sobre su propio destino y desarrollo” (130). Estas políticas
se ven reflejadas en la novela. Magdaleno crea en el universo lite-
rario de
El resplandor
dos esferas que no se pueden mezclar: la de
los indígenas y la de los no indígenas. Los no indígenas, que tienen
la posibilidad de ayudar al indígena con el apoyo de infraestructu-
ra que el Estado ha venido construyendo, desvirtúan dicha opor-
tunidad, ya que las ideas de beneficio propio y de discriminación
prevalecen y son más fuertes que un sentir nacionalista colectivo
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