Felipe Sánchez Reyes
73
rodean, así como las razones por las que aparecen esos personajes
en su obra, también, en este apartado, el sueño de Crescencio
preludia la tragedia que encierra la novela desde sus primeras pá-
ginas.
Así, en este tercer punto, los dos personajes tienen un destino
creado, heredado, de sus madres culpables, y resultan destructi-
vos, porque portan el dolor y traen la muerte desde su nacimiento.
Por un lado, Crescencio, hijo natural y pobre, carga con la culpa y
el destino de su madre Avelina, que lo engendra fuera del matri-
monio con un hombre rico que, cuando muere lo reconoce, saca
a ambos de pobres y los vuelve ricos de la noche a la mañana.
Y por el otro, el santo carga con la culpa y el destino de sus
padres, religiosos ordenados, prófugos, con nombres falsos y ex-
patriados de España que “escondían su vergüenza” o pecado. Él
había sido fraile, ella monja, “era más vieja que santa Isabel” y es-
taba asustada “por su gula carnal” desde que se unió a su marido.
“Ambos llegaron a la conclusión que esa criatura era el producto
de su fornicación. No había margen para la duda; así era el
desti-
no
de terrible en sus designios. Los dos creían que era la mano de
la
venganza divina
”.
20
Si los sueños de sus madres nos anuncian desde el inicio la
desgracia, como en la tragedia griega, el comportamiento y actos
posteriores de ellos los reforzarán. Esto lo observamos en la infan-
cia del santo que se rehúsa a pronunciar una sola palabra, pero
cuando emite su primer sonido, pronuncia una frase que los labios
del sacerdote evitan pronunciar:
¿Quare de vulva eduxisti me?
,
¿
Por qué me expulsaste de tu matriz?
Ésta es la frase que resume
la novela, es su protesta porque la vida carece de sentido; por bus-
carle sentido a la vida, ambos causan desolación, matan y se sui-
cidan cada uno de distinta manera.
La visión pesimista de Crescencio y el santo, acerca de la vida,
pasa por tres etapas: su rechazo a nacer —sintetizado en la frase
latina ¿
Quare de vulva eduxisti me
?—, la desolación que causan
desde su nacimiento y su suicidio. En ellos se convierte en ley la
frase del autor, “hay gente que desde que nace empieza a pensar
en su sepultura”.
21
20
Ibid
., p. 107.
21
Ibid
., p. 45.
Temas_44.indb 73
21/10/15 15:05