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Tema y variaciones de literatura 44
la medianoche, momento en que gobierna la luna llena, los senti-
mientos y lo inconsciente, las pasiones y lo irracional.
Hay tres razones más dentro de la novela que confirman la uni-
dad de la novela. Una, la manifiesta Chencho, “sumido en la
meditación de ese diálogo imposible que se da entre la tierra y
la luna: se acercan, se retiran, se estimulan, se causan mutuos dis-
turbios, pero jamás se tocan. Los dos astros en su propia órbita y
regidos por sus propias leyes”.
6
La segunda, la expresa el Gobernador ante el santo criminal,
“es como si yo fuera la tierra y tú la luna. […] Tú te has venido a
estrellar contra mí, que me has destruido y causado tu propia
destrucción. Siento que un
destino
se está cumpliendo”.
7
Y la ter-
cera, nos la aclara más tarde el narrador, en el relato de “La luna”,
“Mariano el restaurador cuenta esta historia —la del santo— a los
reunidos en la tienda de Crescencio poco antes de quedar conclui-
da la restauración”.
8
De esta manera el autor narra dos vidas y dos etapas en la
vida de Zacatecas: la vida del maleante, convertido en santo, en
la etapa colonial —siglo
XVI
—, y la del tendero en la vida del siglo
XX
, 1957. Así “La tierra” es la continuación de “La luna” y ambas
están unidas a través de la desolación que reina en el espíritu de
sus dos protagonistas. Aclarada la relación de las dos partes de la
novela, continuemos.
Con un lenguaje poético y sublime se refiere a los elementos
de la naturaleza: “El viento, como perro juguetón, amontonaba
aquí y allá las delgadas películas blancas y moradas y luego las vol-
vía a sacar hasta que la corriente las atrapaba para quitarles la
vida, para dejarlas quietas”;
9
con unas metáforas poéticas e in-
usuales describe los estados anímicos de los personajes y los senti-
mientos del enamorado, “Los latidos de su corazón comenzaron
a ser cada vez más fuertes, como si las pezuñas del animal avan-
zaran sobre su pecho y no sobre las piedras brutas, mojadas”.
10
Si su texto lírico, pulido, como piedra de río, se torna a veces
poético, también resulta profundo, porque externa su visión filo-
sófica acerca de la vida a través de sus dos personajes centrales:
6 
S. Salazar,
Donde deben estar...
., p. 80.
7 
Ibid
., p. 117.
8 
Ibid
., p. 127.
9 
Ibid
., p. 23.
10 
Ibid
., p. 54.
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