el estado de armonía, en este aparecen las condiciones necesarias para darse la vida, la producción
y
la organización social.
De lo expuesto bien se puede deducir que ninguno de los elementos queda sometido en el estado de
violencia y menos en el de armonla, y mucho menos se puede afirmar que uno de ellos se ve obligado
a desaparecer, como algunas teorlas lo proponen.
La dualidad de la vida
La dualidad más importante para la vida es la que se integra por lo fria y lo caliente. Es una dualidad
que la Tlapahtike, curandera, Vicenta Villalva,80 resuelve de la siguiente manera: Le preguntamos, a
partir de un diagnóstico de su paciente con qué idea administra sus brebajes. Responde: "lo ünico que
sé, por que así me lo ensenaron mis abuelos, es de frro y de caliente". Volvemos a preguntar, como se
aplica o como lo veo. Responde con un ejemplo: -muy facil: cuando nacemos estamos calientitos y
cuando morimos estamos frias".
Con estas palabras nuestra curandera administra brebajes que alcanzan a estabilizar el cuerpo, en
una temperatura de "36°" y con ella alcanzan la armonía entre ambos elementos. Sin el conflicto de las
causas que la provocaron.
Para nuestros ancestros el elemento frlo, está representado por la tierra y el calor por su opuesto el
so!. Ellos suponen que los rayos del sol penetran a la tierra modificando la cantidad de su
temperatura. Cuando ambos elementos alcanzan el estado de armonía, es el momento en que están
presentes las condiciones necesarias para crearse la vida.
Por esta idea la tierra adquiere la jerarquía de Tonakazihuatl: nuestra Madre Tierra y la de su opuesto
Tonakatekuhtli: nuestro Padre So!. Nuestros pueblos originales, y los de hoy, leales a la creencia de
su raíz ideológica, de dualidad y de su dualismo, fundamento de su cultura, crearon la figura que
orienta su observación, búsqueda y construcGÍón social: Ometeotl: Señor y Señora de nuestro
sustento.
el
Por lo anterior, mujeres y hombres de toda Anahuak
y
Zemanahuak, establecieron una relación
recrproca con la Madre Tierra y su naturaleza, que, además, se caracteriza por ser unidad donde
concurren un principio moral
y
otro afectivo acampanados de un dogma.
10
Vallalva Anaya, Vicenta, Entrevista. Arnállan de Quetzalcoatl. Morelos, 1994.
11
lucio leyva C.,
"Ometeotl", Señor y
Señora de
nuestro sustento,
Bva. edición. UAM-Azcapotzalco, México, 1991.
143
1...,144,145,146,147,148,149,150,151,152,153 155,156,157,158,159,160,161,162,163,164,...442