que habrá de sacudir la
más importante institu–
ción cultural de México, su
pintura mural, y paralela–
mente la idea nacionalista
que la animaba, el agita–
dor intelectual, el provoca–
dor de conciencias, el desa–
fiador del Establecimien-
toCultural, José Luis Cue–
vas Novelo, nace en 1934
en la ciudad de Méxicoy en
muy pocos años, {a los 19
descuella con una exposi–
ción individuaba los20en-
trevistado por
T i me
se
lanza contra los grandes
monstruos del muralismo)
se convierte en el "artista
carnívoro", el "cazador so–
litario", el felino osado y
temerario, que la certera
pluma de OctavioPaz defi–
ne como esencia de este
ejemplar "que roza con la
crueldad".
A los 20 años, este
gatomontes, este león me–
xicano que hoy ven aquí
Estamos ubicados en tos 5 0 , cuando se producen
estas rebeldías en muchas partes, cuando en Nueva York
hay poetas beatniks que están reflejando al mu n d o en una
f o rma distinta, en una f o rma , podríamos decir, poco román–
tica. Es la época de un Alian Ginsberg y en f i n de t odos los
poetas beatniks, y es una época en la que se manifiestan
también los cambios ya no sólo dentro del arte, de la pintura
y de la poesía, sino t amb i én del arte popular; es el surgimien–
t o de Elvis Presley, dentro del rock, y es la época también de
James Dean dentro del cine. Es el mome n t o pues de romper
de alguna manera con lo establecido, es imponer las ideas jó–
venes, las ideas novedosas, es faltarle al respeto a los viejos,
cosa que antes no se hacía. Era romper con t o d o eso, y la ma–
nifestación en esa época era un t an t o ingenua e inocente,
nos rebelábamos dejándonos el pelo sumamen t e largo y vis–
tiendo en una f o rma diferente. Ponemos de moda los blue
jeans, las chamarras de cuero, los copetes mu y elevados
que usaba también Tin Tan en las películas mexicanas.
Y en esa f o rma , no sólo en Méx i co sino en muchas
partes del mundo , losjóvenes, de alguna f o rma , estaban de–
finiendo su posición frente a un mu n d o dominado por los
adultos. Méx i co , un país casi siempre a t r a s a d o a e s t e t i p o d e
manifestaciones, un país en que se rendía t an t o homenaje a
las vacas sagradas de la cultura, y en el que el Partido Revo–
lucionario Institucional había llegado para quedarse para
siempre, y que por consiguiente representaba también lo ca–
du c o , lo que no se mueve , lo que no avanza. Era natural que
un j oven que surgiera en esa f o rma , produjera una irritación
mu y grande y era natural que a esa persona, ¿verdad?, se le
hiciera blanco de t o d o tipo de ataques, de t o d o tipo de ca–
lumnias.
De manera que la lucha puede decirse que la llevé y o
comp l e t amen t e solo en algún mome n t o , aunquedespués ya
estaría y o aliado a otros jóvenes que coincidiríamos en los
suplementos culturales, c omo
Mé x i co en
la cultura, del dia–
rio
Novedades;
gente c omo Carlos Fuentes que en esa épo-
1...,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11 13,14,15,16,17,18,19,20,21,22,...48