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Sin emba r go , yo me he sentido tranquilo, porque an–
tes de irme a Estados Unidos, participé en una mesa redonda
en el Mu s eo del Chopo , que fue precisamente sobre las nue–
vas expresiones artísticas de Méx i co , sobre La década
eme r gen t e , así le llamaron a la exposición que se llevó a cabo
en el Mu s eo del Chopo . Estuvimos ahí, Raquel Tibol, en la
mesa redonda, es t uvo también un representante de las nue–
vas generaciones de pintores —creo habían dos —, estaba
Vlady, no c omo pintor j oven sino c omo pintor mayo r ; y ahí,
precisamente, se suscitó una especie de polémica grande
que después encon t r ó un eco en la revista Proceso, se armó
una especie de pequeña polémica, porque me atreví a algo
que realmente ya pocos se atreven.
Existe una especie de necesidad de adulación hacia
la j u v e n t u d , el m i smo Tama y o lo tiene, ¿verdad? A fin de ser
reconocidos por los jóvenes para no ser atacados, adoptan
una ac t i t ud ya defensiva, diciendo: " L o s jóvenes tienen mu –
c ho t a l e n t o " , dice Tamayo . No menciona nombres pero di–
ce: " S e pinta mu y bien en Mé x i c o " .
Aho r a bien, en esa ocasión lo que yo hice, y ahí te–
niendo precisamente la obra de losjóvenes, y teniendo unos
cuan t os jóvenes sentados en la mi sma mesa que y o , los ata–
qué. Los ataqué du r amen t e , les dije que en primer lugar era
una generación de corderos, era una generación... algo así
más o menos dije, que fue una frase afortunada porque fue
muy repetida por los periódicos y por la revista Proceso. Y
causó una especie de indignación que se atacara a esos jóve–
nes que reciben t odos los premios que Bellas Artes o t o r ga , y
que no son más que los Chávez Mo r ado de una generación
actual.
Realmente, por parte de esos jóvenes no t emo la
más mínima c omba t i v i dad , puesto que no la tienen, definiti–
v amen t e . En lo que se refiere a su obra, no son más que repe–
ticiones (me refieroen t é rmi nos más o menos generales,de lo
que se está haciendo en Mé x i c o en los últimos años) no son