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Tema y Variaciones de Literatura 40
emerjan en un juego de metáforas, ya que la
arboladura
es un tér-
mino marítimo para indicar el velamen que viene de arboleda y aquí
regresa a su vida primera. El texto integra “Mascarilla y trébol”
.
El
agua, más propiamente el mar que será su lugar de entrega final,
participa del amor y de la muerte. Esa aventura culminante o como
fin de una relación de amor, mas no de deseo. Esas entidades apare-
cen separadas, articuladas por el silencio y al repetirlas su sonido lo
produce “silencio, silencio”. Tal se escucha en los poemas con el
mismo título: “Oye”.
Yo seré a tu lado,
silencio, silencio,
perfume, perfume,
no sabré pensar,
no tendré palabras,
no tendré deseos,
sólo sabré amar.
Cuando el agua caiga monótona y triste
buscaré tu pecho para acurrucar
este peso enorme que llevo en el alma
y no sé explicar.
Te pediré entonces tu lástima, amado,
para que mis ojos se den a llorar silenciosamente,
como el agua cae sobre la ciudad.
Y una noche triste, cuando no me quieras,
secaré los ojos y me iré a bogar
por los mares negros que tiene la muerte,
para nunca más.
El mar cuya espacialidad es infinita, es también de una intemporali-
dad inconmensurable. Los dos elementos componen el sentido de lo
eterno, una situación sin dimensiones, el sitio de la nada, un contra-
sentido que expresa el sentido. El otro es “Oye: yo era como un mar
dormido…”:
Oye: yo era como un mar dormido.
Me despertaste y la tempestad ha estallado.
Sacudo mis olas, hundo mis buques,