Alejandro Ortiz Bullé Goyri
111
concluía con la representación de un drama gauchesco coronado por
“Apoteósis y baile”.
9
Se trató de un teatro que en un cierto sentido continuaba la tradi-
ción propia del teatro de los siglos de oro, de insertar al teatro
dentro de la fiesta; aunque claro está, no se trataba propiamente de
fiestas religiosas, evidentemente, sino todo lo contrario.
Otro aspecto que mantiene una cierta uniformidad es en
cuanto a la estructura de las obras representadas. Eva Golluscio,
al referirse a la dramaturgia libertaria rioplatense, enumera una
serie de características, que no sólo son comunes sino que, como
bien lo hace notar ella en su artículo, se trató de una auténtica
“Teoría” teatral libertaria, en la que se pueden observar de mane-
ra recurrente las siguientes pautas:
1. La claridad extrema en la organización de los contenidos.
2. La fuerza y la convicción en el tono.
3. La sencillez en el lenguaje.
4. La economía de matices expresivos.
5. La brevedad.
6. La repetición.
7. La simplicidad de la anécdota
8. El uso del tono altisonante y didáctico sobre todo eviden-
te en las intervenciones del personaje “encargado de
transmitir el mensaje”.
9. La preponderancia del discurso didáctico sobre la acción
dramática.
10
La práctica teatral anarquista en Argentina se llegó a desarrollar
un verdadero modelo de dramaturgia, interpretación actoral y de
puesta en escena. Como lo demuestra el investigador Carlos Fos,
al recuperar la voz testimonial del militante anarquista, el inmi-
grante de origen alemán, Kurt Welk, quien formó parte del céle-
bre falansterio de Entre Ríos en la primera década del siglo
XX
,
quien de acuerdo con Fos, “era un ferviente defensor del arte
como liberador de los pueblos y especialmente confiaba en el tea-
9
Golluscio de Montoya, Eva,
op. cit
., pp. 66.
10
Op. cit
., pp. 85-93.
Revista_42.indb 111
10/11/14 12:27