Tema y Variaciones 42 - page 151

Vicente Francisco Torres
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con tierras selváticas y llegó a ser dueño del 15% del territorio de
esos países. El éxito de la compañía se debió a que, como hoy, la
tierra les salió casi regalada, la mano de obra se pagaba miserable-
mente y los gobiernos genuflexos no les cobraban impuestos.
Mamita yunai
ha tenido ediciones en diversos países como
Cuba, Chile, Argentina, México y, naturalmente, Costa Rica, tierra
natal del autor Carlos Luis Fallas (1909-1966). Con el apoyo de Pa-
blo Neruda, se publicó en italiano, ruso, polaco, alemán, checo,
eslovaco rumano y búlgaro.
La vida de Carlos Luis Fallas tiene varias semejanzas con la bio-
grafía de José Revueltas. Radicado en la provincia de Limón, en el
litoral del Atlántico –que fue feudo de la United Fruit Company,
el poderoso
trust
norteamericano que deformó la economía de Cen­
troamérica y azuzó la pugna entre blancos y negros–, fue estiba-
dor, albañil, tractorista, dinamitero y, luego, nos dice en una auto-
biografía que suele preceder las distintas ediciones de su novela:
Andaba en los 22 años cuando regresé de Alajuela para ver morir a
mi madre. Entusiasmado por las ideas revolucionarias y anti imperia-
listas que por ese entonces comenzaban a agitar al proletariado cos-
tarricense, ingresé al naciente movimiento obrero y, para poder vivir
y luchar en las ciudades, aprendí en tres meses el oficio de zapatero,
que ejercí por largos años. Intervine en la organización de los prime-
ros sindicatos alajuelenses y en la dirección de las primeras huelgas;
fui a la cárcel varias veces; resulté herido en un sangriento choque de
obreros con la policía, en 1933, y ese mismo año, con el pretexto de un
discurso mío, los Tribunales me condenaron a un año de destierro en
la costa atlántica, provincia de Limón. Allí, entre otras actividades
revolucionarias, intervine en la gran huelga de 1934, que movilizó a
15 000 trabajadores y conmovió profundamente al país entero. Por
mi participación en esta huelga fui encarcelado una vez más, me de-
claré en huelga de hambre y, gracias a la acción del pueblo, recobré
la libertad…
2
El motor de la novela, más que la denuncia de la vida de los peo-
nes en el platanal, es la porfía de José Francisco, el narrador, para
vigilar que la votación en Talamanca, un remoto caserío, no fuera
2 
Carlos Luis Fallas,
Mamita Yunai
, México, Fondo de Cultura Popular, ilustra-
ciones de Alberto Beltrán, 1957, pp. 2 y 3.
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