Tema y Variaciones 42 - page 159

Vicente Francisco Torres
157
libro, que ya contenía su mundo literario en agraz. Primero llegó
la bonanza económica propiciada por la compañía bananera
11
y
luego vino el derrumbe, al marcharse la platanera con su pobla-
ción flotante, llamada desde entonces la hojarasca
12
. García Már-
quez fue explícito sobre el particular en varias entrevistas; hubo
incluso una finca bananera llamada Macondo, y de allí tomó nues-
tro autor el nombre del pueblo que echó a rodar por el mundo.
En los libros de Gabriel García Márquez, la compañía banane-
ra es una referencia lejana, a veces asidero de las nostalgias de los
personajes o huella en la historia de Macondo.
El primer párrafo, del primer libro de Gabriel García Márquez,
dice: “De pronto, como si un remolino hubiera echado raíces en
el centro del pueblo, llegó la compañía bananera perseguida por
la hojarasca. Era una hojarasca revuelta, alborotada, formada por los
desperdicios humanos y materiales de los otros pueblos; rastro­
jos de una guerra civil…
13
Aquí están ya Macondo (fundado a finales del siglo
XIX
), el co-
ronel, su gran interés por la forma, el tono de su escritura, las cosas
extrañas e hiperbólicas que cuenta y el virtuosismo de su técnica
narrativa que despierta su literatura. Esta breve novela está cons-
truida a base de monólogos que presentan situaciones extrañas
que, páginas más adelante, van a tener una explicación que no le
quita lo insólito a las situaciones. Por ejemplo, cuando nos enteramos
11 
El auge del banano que se dio en Colombia en las dos primeras décadas
del siglo
XX
, lo apuntala García Márquez de esta manera: “los barcos de la compa-
ñía bananera llegaban a Santa Marta, embarcaban banano y lo llevaban a Nueva
Orléans; pero al regreso venían desocupados. Entonces la compañía no encontraba
cómo financiar los viajes de regreso. Lo que hicieron, sencillamente, fue traer mer-
cancía para los comisariatos de la compañía bananera y donde sólo vendían lo que
la compañía traía en sus barcos. Los trabajadores pedían que les pagaran en dine-
ro y no en bonos para comprar en los comisariatos. Hicieron una huelga y parali-
zaron todo en vez de arreglarlo, el gobierno lo que hizo fue mandar el ejército. Los
concentraron en la estación del ferrocarril, porque se suponía que iba a venir un
ministro a arreglar la cosa, y lo que pasó fue que el ejército rodeó a los trabajado-
res en la estación y les dieron cinco minutos para retirarse. No se retiró nadie y los
masacraron.” Citado por Mario Vargas Llosa en
García Márquez: historia de un
deicidio
, Barcelona, Barral Editores / Monte Ávila Editores, 1971, p.19.
12 
El novelista hondureño Ramón Amaya-Amador, trabajador bananero, pe-
riodista y luchador social como Fallas, en su novela
Prisión verde
(1945), recuerda
que a esta misma gente en su patria la llamaban “hojas al viento”. Guarda otras
coincidencias con la trilogía de Asturias, como el despojo y compra de las tierras
campesinas para ponerlas al servicio del monocultivo.
13 
Gabriel García Márquez,
La hojarasca
, México, Editorial Sudamericana (Ín-
dice), 12 a ed., 1975, p. 9.
Revista_42.indb 157
10/11/14 12:27
1...,149,150,151,152,153,154,155,156,157,158 160,161,162,163,164,165,166,167,168,169,...202
Powered by FlippingBook