CAPíTULO III
USO DE LA ENERGÍA
E IMPACTO AMBIENTAL EN MÉXICO
M
SrrUAClON ACTUAL
~X[CO
ES EL OCTAVO PAls
productor de
petróleo en el
Tnlmdo,
y
ésta es la razón
principal de su enorme dependencia
de este tipo de combustible fósil. De
acuerdo con estadísticas recientes
(SE,
1998),
del total de la energía que se consume en el
país,
89.6%
proviene de los hidrocarburos (figu·
ra
HI.1).
La
excesiva
dependencia de los hidro–
carburos
y
los hábitos de uso de la energía ina–
decuados han provocado un
severo
daño
ambiental en México. Como resultado de esta
situación,
95%
de las selvas tropicales ha sido
destruido,
y
más de 50% de sus selvas
y
65% de
sus bosques mixtos han desaparecido (Halfter,
1989). Más de una tercera parte de la superficie
del país se ha convertido en una región desértica
inservible. Las pérdidas anuales de bosques se
estiman en un millón de hectáreas
(WR1,
1992). La
gran mayoría de sus ríos, lagos y lagunas están
severamente contaminados. La atmósfera, el
agua y el suelo de regiones urbanas y rurales
presentan índices alarmantes de contaminación.
Esta situación afecta la salud de las personas y
su calidad de vida, e incide negativamente en la
productividad, eficiencia
y
competitividad, lo
que a su vez inhibe el desarrollo del país.
Se
estima que México pierde cada año un
millón de hectáreas de selvas tropicales (World
Resources Institute, 1997). Con este elevado índi–
ce de deforestación, México ocupa el cuarto lugar
mundial. De acuerdo con el Plan Nacional de
Desarrollo (PNO) 1995-2000, el uso inadecuado
de los suelos ha ocasionado una disminución de
80% del potencial de fertilización. Esta situación
tiene un efecto desfavorable en la salud de las
personas y en su calidad de vida, así como en
otras actividades productivas, que limitan el cre–
cimiento económico
y
el desarrollo del país.
Eshldios recientes dellNE (1999) indican que al
duplicarse el bióxido de carbono que hay en la
atmósfera, lo cual, de acuerdo con las tendencias
y
al ritmo actual de emisión de gases de inverna–
dero
y
destrucción del hábitat, puede ocurrir en
el año 2025, sobrevendrán severas catástrofes en
México. Estos estudios estiman que en el norte
del país la temperatura ascenderá a los 54.5 gra–
dos, tres veces arriba del promedio recomenda–
ble para la vida humana. Asimismo, a causa de
la escasez de agua en estados como Quintana
Roo, cada lmo de sus habitantes reducirá dos
terceras partes su consumo doméstico diario. Por
otra parte, algunas enfermedades que están a
punto de erradicarse (transmitidas por insalubri–
dad
y
plagas de moscos), resurgirán en la penín–
sula de Yucatán. El nivel del mar ocupará terre–
nos bajos de los estados de Veracruz, Tamaulipas
y
Campeche. El fenómeno de las "Islas de Calor
Urbano" provocará que sea insoportable la per–
manencia en las grandes ciudades del país. Por
lo tanto, la acumulación de carbono, que impide
que las radiaciones solares salgan de la atmósfe–
ra, calentará la Tierra a tal grado, que provocará
epidemias, sequías, inundaciones
y
migraciones
que cambiarán totalmente el aspecto del territo–
rio nacional. El estudio ubica que los escenarios
ocurdrán en 25 años,
y
advierte que, al sobreve–
nir el fenómeno de calentamiento global,
y
en
consecuencia el cambio
y
alteración del clima,
sus efectos tendrán severas consecuencias en re–
giones especialmente vulnerables de México.
Provocado por esta situación, en lugar de "mi–
grantes laborales", se tendrán grandes grupos
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