invasión mora. Cuando la gente iba abañarse,
se desnudaba en su casa, -al menos como
costumbre en las ciudades-, por lo que en los
callejones era común ver caminando al padre
de familia portando únicamente unos calzon–
cillos, acompañado de su esposa e hijos des–
nudos en camino a la casa de baños, o a las
jóvenes desnudas o cuando más, vestidas con
unos calzoncillos raídos, corriendo abañarse.
Los baños eran mixtos
y
se acostumbraba
tomarlos con toda la familia reunida".
En esta época, la gente veía con una gran
naturalidad la exhibición del cuerpo desnudo.
Los límites de la vergüenza no se manifesta–
ban en las actividades del baño ni en el dormi–
torio. Por lo general fuera de los monasterios,
la gente solía dormir desnuda
y
en las órdenes
monásticas, según la rigidez de las reglas, lo
hacían completamente desnudos o completa–
mente vestidos. Lo mismo cabe decir de las
mujeres. Resultaba sorprendente que alguien
conservara la camisa de día al ir a dormir por
la noche; esta práctica despertaba la sospecha
de que la persona podía padecer alguna enfer–
medad o defecto corporal, pues no era enten–
dible el motivo por el que alguien tuviera
interés por ocultar su cuerpo.
La naturalidad en la desnudez del cuerpo va
desapareciendo lentamente alo largo del siglo
XVI,
y
de modo más decidido en el siglo
XVD;
primeramente en la clase cortesana
y
luego en
toda la demás sociedad. Hasta ese momento,
el estilo general de vida
y
la poca distancia
entre los individuos hacían que la visión del
cuerpo humano desnudo fuera incomparable–
mente más natural que en la primera fase de la
edad contemporánea".
En lo que se refiere a las necesidades fisio–
lógicas de desecho del hombre de la edad
56
media, tanto la satisfacción de estas necesida–
des como el hecho de que sean públicas, no
están afectadas por sentimientos de pudor ode
escrúpulos
y
en consecuencia, no era obliga–
torio reprimirlos ohacerlas en soledad. Duran–
te mucho tiempo, tanto la calle comocualquier
otro lugar en el que la persona se encontrara,
servía para los fines de satisfacer sus necesi–
dades naturales. No era insólito que la gente
hiciera sus necesidades en la escalera, en los
rincones de las habitaciones o detrás de los
tapices de las paredes de un castillo". Lo
anterior se refleja en la obra que publica Eras–
mo de Rotterdam en el año 1527, titulada
Muerte de la Civilidad Pueril,
donde estable–
ce una serie de preceptos de comportamiento
en los diferentes ámbitos, pero en la cual habla
con toda naturalidad sobre estos temas
y
reco–
mienda que al encontrarse con una persona
conocida en la calle, al momento que ésta hace
En el año
1538,
Francisco
I
ordena
la
dtmolicwn de
los baños públicos de Lyon por los "crlrMnes
y
millos
ejemplos que estos acarreaban
".
1...,47,48,49,50,51,52,53,54,55,56 58,59,60,61,62,63,64,65,66,67,...151