bien derivaba de la conciencia de estar negociando
desde una posición de fuerza.
Desde una perspectiva más general, la visión
de
los funcionarios resulta bastante esclarecedora
dc la aelitud dc supervisión y control de los progra–
mas de las ( ) N ( i que adoptaban:
se vieron zimas que estaban muy dañadas y
entonces
hubo algunos organismos que empezaron a
cap'turar ciertas zonas de la ciudad, a definir su
ámbito de trabajo, y empezaron a plantear al–
gunas soluciones. Las universidades hicieron
otro tanto. (...) Sin embargo se creía que esto
iba a ser una solución casi total y la verdad de
las cosas es que cuando se hizo recuento del
problema, era un problema al que se le estaba
dando un pellizco con estas soluciones. Por
otro tado cada uno planteaba soluciones muy
diferentes, costos muy distintos, alternativas
constructivas totalmente contradictorias una de
la otra. Por decir algo, había una calle o una
zona o una plaza en donde se Iratalia dc cons–
truir con vigueta y bovedilla; otros planteaban
sistemas de fcrrocemcnto, oíros casi campa–
mentos provisionales con vigueta y montero.
...los organí.smos inlcrnacionales y nacionales
cada vez pretendían ir más rápido. A finales dc
1985 se tenía un plan y un programa perfecta–
mente definido, es decir prácticamente dos me–
ses después de ocurrido el sismo, y la mesa dc
negociaciones era cada vez más clara con ellos.
Por un lado algunos pretendían que fueran do–
nativos directos, que las comunidades recibie–
ran esto como un regalo, como un donativo dc
un detenrúnado país o de un determinado gru–
po; con esto el programa no estuvo de acuerdo
y se procuró que esto no se hiciera, comenzán–
dose a definir las paulas, una normatividad con
la cual' se pudiera recibir esa ayuda. Se hacía
mucho hincapié en que el pueblo de México, el
gobierno, tenían la intención de ayudar a todos
esos predios expropiados, que tenía la capaci–
dad
de
hacerlo, que seria muy covenienic que
todos estos organismos pudiesen atacar otros
frenles que habían sido excluidos del decreto
por equis r.izón y que sí necesitaban ayuda Es
decir, las zonas deprimidas en una ciudad co–
mo la de México son muchas y cnlonces ¿por
qué atacar lodos las zonas abarcadas por cl dc-
crelo expropiatorio?
Estas declaraciones sacan a la luz algunos de
las principales cuestiones relacionadas con las ten–
siones y conflictos entre la política gubernamental y
la participación de las ( ) N ( i , aunque, claro está,
dejan en la o.scuridail algunas otras. Por una parle,
la política oficial instrumentada a través del P RH P
se orientó a br'ndar en términos dc finaneiamienlo
y de subsi<lio, condiciones homogéneas a una po–
blación económicamente heterogénea. Tai orienta–
ción implicó cierta inequidad en el tratamiento dc
los beneficiarios, pero implicó una solución mucho
más simple y viable dada la masividad del progra–
ma. Por otra, cl gobierno optó por ofrecer el mismo
tipo de vivienda a todos los beneficiarios, inde-
pendienleniente de la variable capacidad económi–
ca de los mismos. Para ello RH P estableció un con–
junto de prototipos en los cuales las soluciones téc–
nicas resultaron normalizadas y generalizadas. Eísta
decisión también apuntaba a simplificar el proceso
de producción masiva dc vivienda pero, además,
eonsliluia una .solución politica: dar a lodos lo mis–
mo evitaba entrar en un proceso, seguramente dcs-
gasiante, dc parlicularización del programa.
Enlre las asociaciones civiles y grupos asesores
de los proyectos independientes, existe consenso en
cuanto a que estas fueran decisiones acertadas. Su
propia experiencia les demostró, por otra parte,
que al ser consultados los vecinos al respecto, opta–
ban por la definición de "lodos parejo".
Por otro lado, la pregunta formulada por el
funcionario antes citado resulta pertinente: ¿Por
qué dedicar los recursos no gubernamentales a
quienes habían resultado beneficiarios del PRHP,
existiendo muchos otros que habiendo resultado ex–
cluidos de dicho programa sí requerían del apoyo
no gubernamental?
Como contrapartida, las iniciativas de las
ONG, al basarse en muchos casos en recursos que
tenían el carácter de donativo y al apoyarse en gru–
pos técnicos que en muchos casos pretendían intro–
ducir innovaciones técnicas o proyectos relativa–
mente ambiciosos en cuanto a la .superficie de las
viviendas y su calidad, tendían a contraponerse con
la política gubernamental dc generalización dc la
respuesta a tos damnificados beneficiados con la
medida expropiatoria. Su involucramiento en pre–
dios expropiados, por olro lado, no podía dejar dc
ser percibido por los autoridades como un intento
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