canas como se manifiesla en la "Clausula secia' de
la "Concercaciftn Democrática para !a Reconstruc–
ción" del 7 de mayo de 19S6, documento "oficial".
En su cometido, C R U Z RO J A S U I ZA , ha seguido
al pie de la letr^ estas recomendaciones (énfasis en
el original, CRS, 1987).
En el cuadro 2.1 se consignan el conjunto de
"organizaciones ejecutivas" y "organizaciones socia–
les beneflciarias" con las que ha trabajado CRS. De
acuerdo con Max Seelhofer, ia decisión con respec–
to a los interlocutores e intermediarios selecciona–
dos se relaciona con el hecho de que "la decisión
primordial de la CRS consistió en no entregar fon–
dos a la Cruz Roja Mexicana, no participar en el
proyecto global de CRM " . El delegado dc la CRS
quizo "...establecer una colaboración directa con or–
ganizaciones de damnificados, sea tanto para que
las mismas organizaciones actuaran como ejecuto–
ras o para que ejecutaran a través dc intermedia–
rios". .AJ igual que para la mayoría de las organiza–
ciones donantes que intervinieron en forma directa
en la reconstrucción "No habla un esquema prees–
tablecido.
La CRS
envió
una misión que estuvo en México en noviembre
y diciembre de 1985 y estableció una serie de con–
tactos, tanto con organizaciones de damnificados
como con organizaciones intermediarias". Dichos
contactos fueron facilitados por las reuniones sema–
nales que organizó UN I C E F entre donantes y orga–
nizaciones de damnificados y grupos asesores.
Dentro de este marco, la selección dc las orga–
nizaciones ejecutivas y de las organizaeioncs socia–
les beneflciarias se produjo a Iravés dc los requisi–
tos puestos por CRS, los cuales "actuaron como un
colador". "Había organizaciones y grupos que ac–
tuaban de mala fé aprovechando la ingenuidad y cl
desconocimiento de las organizaciones donantes.
Los requisitos que puso la CRS, no porque fueran
nada dc lo común -eran los requisitos normales pa–
ra que se considere la posibilidad de un financia–
miento-, alejaron a los que no eran serios, pero los
grupos serios se quedaron".
Ateniéndonos a la diversidad de organizaciones
con las cuales CRS ha realizado programas, resulta
evidente la autenticidad de ia invocación de ampli–
tud de criterio. En tolal a diciembre dc 1987, CRS
había otorgado financiamicnlo a través de 17 orga–
nizaciones ejecutivas, a un tota! de 44 organizacio–
nes .sociales en el Distrito Federal y cn cualro enti–
dades de la República (véase Cuadro 6). A fines de
1987, el financiamiento manejado por CRS se había
canalizado a 31 predios en el Distrito Federal, con
un total de 680 viviendas construidas, y a 903 accio–
nes
de
vivienda en cuatro Estados
de
la República
(CRS, 1987).
La distribución de organizaciones ejecutivas y
organizaciones sociales beneñciarias, permite ob–
servar que en los casos en que las organizaciones
sociales beneficiarias operaban como coperativas o
grupos aislados dc damnificados, CRS asignó tma
organización ejecutiva a través de la cual se admi–
nistraron los recursos. En el caso del Distrito Fede–
ral DE S PRO fue la asociación a la que se confió ei
mayor número dc predios. En otros casos, como los
de I CE PAC -
и
V C D , si bien la organización ejecuti­
va y la organización social beneficiarla aparecen co­
mo instancias diferentes, en realidad se trata de di­
ferentes proyecciones formales de un mismo proce­
so dc organización social.
C E M A D participó también inieialmenie en
la
convocatoria de UNICEF, pero los representantes
dc la primera consideraron que en alguna medida
el intento ponía ciertas limitaciones al apoyo
al
mo­
vimiento popular por parte de las organizaciones
donantes. De acuerdo con
el
coordinador
de
este
organismo, la decisión que se adoptó fue que se
trabajaría a través de lo que denominaron "organis­
mos puente" (asociaciones civiles de damnificados y
técnicas) que operarían como organizaciones inter­
medias en contacto con los distintos grupos de ba­
se. Desde un primer momento se tomó la decisión
de que se apoyarían los esfuerzos populares de or­
ganización, definiéndose que se establecería un
programa con quienes, por diversas razones, no
quedaron incluidos en los programas oficiales.
Las actividades en este sentido fueron iniciadas
dc inmediato, aunque a juicio del representanie de
la institución entrevistado, hubo un primer momen­
lo en ei que la oferta de recursos provenientes de
las agencias era mayor que la capacidad de deman­
da. Sobre todo porque se trató, en ia medida de lo
posible, de evitar la generación dc proyectos desde
arriba, tratándose de entrar en contacto desde un
primer momento con las organizaciones de base.
Inieialmenie, desde septiembre de 1985 a enero
dc 1986, C E M A D captó sobre lodo solicitudes uni-
famlliarcs de gente que había resultado damnifica­
da. Duranle esa etapa se atendieron 130 familias a
1...,369,370,371,372,373,374,375,376,377,378 380,381,382,383,384,385,386,387,388,389,...470