La institución comenzó a actuar con una visión
fundamemalmente asistencia!: despensas, albergues
y ayuda de emergencia cn general. Pero transcurri–
dos unos 15 días de la ocurrencia dc los sismos ya
había comenzado a comprometer recursos para la
reconstrucción de vivienda. Fueron los obispos y
párrocos cn funciones cn las zonas dc mayor afec–
tación (colonias Guerrero, Morelos, Doctores, Te-
pito) quienes fueron receptores iniciales de las soli–
citudes de los damnificados y quienes se vieron
eompelidos con mayor fuerza a actuar. Algunos de
ellos se encontraban previamente en relación estre–
cha con organizaciones vecinales y con grupos dc
base. De modo que fue este el conducto a Iravés
del cual la demanda social se canalizó iniciatmente
hacia la Fundación. Posteriormente, la difusión de
su presencia y del hecho dc que contaba con recur–
sos, hizo afluir una clientela potencial que aumentó
rápidamente, de modo que cn la actualidad existe
"...una demanda que no se puede controlar. Ahora
llegan grupos organizados en grandes cantidades.
Organizados en cooperativas, en asociaciones civi–
les o simplemente 'organizados por la vida".
En In que respecta a su modalidad de articula–
ción con la población beneficiaria de sus progra–
mas, la FAC ha tenido como norma no tratar con
las uniones de damnificados u organizaciones de
vecinos sino con grupos de vecinos a nivel dc cada
predio. Excepcionalmente se relacionó con alguna
organización -Amanecer del Barrio-, lo cual puede
explicarse, de acuerdo con nuestra interprctación-
por el hecho de que dicha organización ha limita–
do cn gran medida su esfera dc acción fundamen–
talmente a la gestión habitacional, sin participar en
la Coordinadora Única de Damnificados y evitando
conferir una proyección política a sus actividades.
Tampoco ha recurrido la FAC a organizaciones
técnicas y de asesoría vinculadas con la problemáti–
ca dc la vivienda popular, de modo que practica-
mente ha operado sin intermediarias que no pro–
vengan de la propia estructura eclesiástica.
Para el desarrollo y contr.il de los proyectos de
vivienda la Fundación contrató su propio personal y
para la ejecución de las obras contrató un lotal de
17 empresas constructoras diferentes.
Este procedimiento no ha excluido la participa–
ción de los beneficiarios en cada predio. Al respec–
to la institución adoptó un modelo semejante al de
Renovación Habitacional popular: la cunsmutión
de mesas directivas en cada predio con repre–
sentantes elegidos por los vecinos. Estos repre–
sentantes funcionaron como "promotores" comuni–
tarios. En aquellos casos en que se trataba de pro–
yectos conformados con familias procedentes de di–
versos lugares, la FAC reemplazó los inexistentes
"líderes naturales" con promotores profesionales in–
corporados ai proyecto. En opmión de un funciona–
rio entrevistado "ios grupos de vecinos funcionaron
muy bien como promotores dc vivienda, sus funcio–
nes fueron muy importanics en ese sentido".
La FAC se ha manejado en general procuran–
do no entrar en conflicto con el gobierno y en tér–
minos generales es, entre el grupo de organizacio–
nes canalizadoras de recursos no vinculadas en for–
ma directa a ia empresa privada, la que se ha ajus–
tado más estrechamente a ias pautas emanadas des–
de las instancias gubernamentales, siguiendo inclu–
so, aunque con modificaciones que se han ido acen–
tuando progresivamente, el esquema de financia–
miento adoptado por RHP (FAC, 1987c),
La Cruz Roja Mexicana ( C RM ) , una Instltu-
tiiiii
dc asistencia con larga trayectoria en México,
debió abordar, a fin de actuar ea la reconstrucción,
un terreno desconocido para la institución. El único
antecedente existente de participación de la Cruz
Roja en la reconstrucción de vivienda se había da–
do cn Italia. Por otro lado .se ¡e presentaba la cues–
tión de cómo aplicar los recursos, ya que de acuer–
do con las normas aceptadas por todas las socieda–
des de Cruz Roja, toda ayuda debe ser proporcio–
nada en carácter dc donativo, lo cual constituía un
problema tratándose de vivienda, por constituir un
bien que puede ser enajenado.
Por otro lado, la concepción vigente en la Cruz
Roja exigía que la ayuda fuera proporcionada dc
tal manera que quienes la recibieran participaran
de un modo que les permitiera valorarla. Esta últi–
ma consideración fue la que impulsó a la CRM a
operar sus programas de construcción dc vivienda
dentro de la modalidad de "autoconstrucción".
Como ya se ha señalado anteriormente (capítu–
lo 1), la CRM posee vínculos estrechos con el go–
bierno Mexicano y, al parecer, en ningún momenlo
adoptó iniciativas que pudieran deteriorar dicha re–
lación. Ai igual que la FAC, pero a diferencia de
ella, sin una perspectiva definida de ganar infiuen–
cia y proyección social y política a través de su par–
ticipación cn la reconstrucción, la C RM puso el én–
fasis en brindar una ayuda eficaz y cn suministrar
viviendas a los damnificados. En los dos programas
de con.slrucción de vivienda apoyados en cl Distrito
1...,371,372,373,374,375,376,377,378,379,380 382,383,384,385,386,387,388,389,390,391,...470