del primer cuadro nunca se habían enfrentado a si–
tuaciones que, como los programas de renovación
urbana o de ios "ejes viales", hubieran implicado
cambios drásticos del medio urbano (Duhau, E.,
1987a: 31).
La U P N T participó en las primeras grandes
inoviUzaciones de los damnificados y la capacidad
de iniciativa desplegada desde el principio le per–
mitió obtener un primer ¿xilo importante. La pri–
mera versión del decreto expropiatorio, publicada
el 12 de octubre de 1985, no incluía ninguna vecin–
dad de! centro. A sugerencia del presidente de la
Repijblica, los representantes de la organ i/ación
fueron a ver a Parcero López, luego designado di–
rector de RH P , y junto con personal a su cargo re–
corrieron la zona para identificar las viviendas que
dctierían ser incliudas en la ampliación del decreto
expropiatorio que solicitaba el movimiento dc dam–
nificados. Fue así que en la segunda versión dc! de–
creto fueron incluidas alrededor de un 60 % dc las
vecindades organizadas en la entonces Unión dc
Vecinos y Damnificados del Centro.
El hecho de que la U P N T haya desarrollado
junto con sus asesores de la U A M proyectos para
alrededor de 30 predios dentro del PRHP, determi–
nó que tuviera una participación activa cn el rumbo
seguido por este programa y en las negociaciones
de los damnificados ctm los funcionarios de dicho
organismo.
La U P N T logró lambiín la oblenciim de finan–
ciamiento no gubernamental para el desarrollo de
proyectos de vivienda en cinco predios no expro–
piados, a través de recursos canalizados por CE–
M A D , los cuales fueron realizados por CO P EV I y
por un grupo de la Facultad de Arquitectura de la
U A M . Adicionalmente ha obtenido financiamiento
por parle de N O V I B y de Unión Obrera Suiza para
proyectos de carácter comunitario.
Culminada, en lo fundamental, la etapa de par–
ticipación en la reconstrucción la U P NT -desde ha–
ce algo más dc un año-, ha venido trabajando con
"solicitantes dc vivienda", una línea de acción rci-
vindieativa adoptada por diversas uniones. Esto ha
implieado una ampliación considerable de su área
de inlluencia y que la ha llevado a contar con sec–
ciones en otras colonias (Doctores, Obrera, Emilia–
no Carranza, Tepito).
La U V Y D se constituyó formalmente el 5 de
octubre de 1985 con damnificados de la Colonia
Roma, una de tas colonias que a pesar de haber
experimentado daños considerables fue excluida del
decreto expropiatorio. Ya cl 25 de septiembre, los
promotores de la organización presentaron al presi–
dente de la república un programa que habían ela–
borado. Estos promotores eran vecinos dc un mis–
mo edificio derrumbado donde habitaban cuarenta
y dos familias, tas cuáles operaron como nticleo ini–
cial al que comenzaron a acercarse habitantes dc
otros predios. La asamblea general a través de la
cual se formalizó la unión contó, de acuerdo con su
secretario general, con la asistencia dc 1,5(10 jefes
de familia (Ent. a A V . ) .
La U V Y D tuvo una participación muy activa
en la definición de tas demandas del movimiento de
damnificados y en la orientación de ta C U D . Por
otra parte, ha sostenido una línea política tajante–
mente independiente de los programas guberna–
mentales de reconstrucción, los cuáles por lo demás
han tenido escasa repercusión en el área de in-
fiuencia original de la organización debido, precisa–
mente, a su exclusión del decreto expropiatorio.
A efectos de poder operar como una instancia
capaz legalmente de recibir apoyo económico y de
gestionar y manejar recursos y proyectos de recons–
trucción y de carácter comunitario, ta U V Y D se
planteó su formalización como organización civil,
propositó que se concretó cn agosto de 1986. En lo
que respecta a su parlicipación en programas no
gubernamentales de vivienda, ha recibido apoyo ex–
clusivamente dc C E M A D para la construcción de
viviendas en 3 predios. En este sentido esta unión
ha enfrentado el problema de que habiendo sido
definida su área original de influencia a nivel gu–
bernamental como un área de clase media que no
requería el tipo de asistencia que se otorgó a través
del P RH P a otras zonas consideradas como popu–
lares, también las organizaciones donantes, guiadas
por consideraciones parecidas, se mostraron reti–
centes para brindar su apoyo.
No es de extrañar, dadas estas circunstancias,
que ia U V Y D sostenga que el P RH P "... no es un
programa dc reconstrucción de las viviendas des–
truidas por tos sismos en septiembre de 1985. sino
un programa de reorganización o de reordenación
de la problemática de la vivienda en el área central
de la Ciudad de México".
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