Finalmente, prácticamente hubo que rehacer
en ciertos casos las viviendas y salieron más ta–
ras que si se hubiera demolido y construido vi–
viendas nuevas. Eso no lo pudimos prever por–
que no eslaba claro de anlemano. Además, los
tícnicüs mexicanos no teníamos experiencia en
reconstruir vivienda de bajo costo. Tuvimos
que recurrir a los expertos cn reconstrucción
que rehabilitan iglesias, pero que no operan
con el criterio de ahorro de recursos. Esto nos
planteó problemas muy serios, nos provocó
fricciones; tanto a nosotros como a los demás
grupos técnicos se nos tildó de incapaces.
En lo que respecta a la modalidad de ejecu–
ción, CO P EV I rechazó desde el inicio la modalidad
dc autoconstrucción por considerarla inadecuada
para ser aplicada en áreas céntricas con construc–
ción de alta densidad y con beneficiarios que en ge–
neral ni tienen experiencia en trabajos de construc–
ción ni disponen del tiempo necesario para dedi–
carse a ellos. Por otra parte COPEVI trató de no
operar como tonslruttor, .siendo su idea inicial con–
tratar construeloía.s. Pero UNICEF no estuvo de
acuerdo, dc modo que COPEVI se
vio
cn la necesi–
dad de involucrarse en una actividad para la cual
no ctmlaba ni con el personal necesario, ni con la
infraestructura técnica requerida.
Algo semejante parece haber ocurrido con V I -
DECO . En este caso fue el propio grupo ejecutor
el que de acuerdo con C R M -la ONG que aportó
los recursos- planteó la alternativa de autoconstruc–
ción. V I D E C O había realizado anteriormente dise–
ño y se volvió constructora al asumir el programa
Üe reconstrucción financiado por C RM .
Aquí las principales fricciones entre la organi–
zación donante y la instancia ejecutora giraron cn
torno a) flujo del financiamiento y los presupuestos
y las limitaciones de V I DECO para operar como
constructor.
En cuanto al financiamiento, C RM llevaba en
forma directa el control de los recursos y, al igual
que UNICEF, recibía los recursos del exterior en
dólares pero pretendía que los costos fueran fijos y
se establecieran en moneda mexicana. A juicio de
la dirección dc V E D E C O esto hubiera requerido
de un anticipo casi total, por lo que de hecho se
terminó operando como si se tratara de un contrato
de precio alzado.
Que esto constituyó un claro elemento de fric–
ción lo demuestra el hecho de que el propio V I DE -
t'O solicitó una auditoría para que se aclarara có–
mo se estaban manejando los recursos. Por otra
parte, C RM designó un equipo supervisor el cual
finalmente, para la terminación de algunas obras
desplazó a VIDECO.
En relación con la experiencia de V I D E CO co–
mo constructora, sus representantes reconocen que
no tenían la organización económico-administrativa
que se requería, comenzando por el capital de res–
paldo necesario: "...dejaban de pagar los materiales
y la obra se paraba, no teníamos el capital necesa–
rio para solventar esas situaciones". Un funcionario
entrevistado se pregunta cómo podrían haberse he–
cho mejor las cosas, y responde:
Y o creo que organi/acioncs como las nuestras
no deben ni debieron haber sido constructoras
y tampoco deben manejar dinero, l-as organi–
zaciones independientes como las que actua–
mos en lu reconstrucción debemos, como lo hi–
cimos, mantener una magnífica relación con los
donantes, haber sido de alguna forma sus rep–
resentantes técnicos; conociendo sus propues–
tas sociales y sus expectativas, haber realizado
los proyectos, haber manejado la supervisión
y
dirección de las obras y quizás, que los donan–
tes tuvieran un cuerpo técnico de aplicación de
los recursos. Eso hubiera funcionado mejor.
Para los encargados de coordinar los progra–
mas de reconstrucción financiados por la C RM , el
problema del avance de las obras parece haber al–
canzado momentos críticos. A l respecto coinciden
con VIDECO, parcialmente, en el diagnóstico del
origen de tas dificultades:
La cuestión fundamental ha sido que V I D E CO
no contaba con los recursos y la infraestructura
necesarios para llevar adelante los proyectos.
Se ha tratado de una experiencia un poco
amarga. También sentimos que los proyectos
han estado bien pensados pero, insisto, VIDE–
C O no cuenta con la infraestructura necesaria.
Todavía tenemos dos frentes sin terminar. En
algunos casos nos hicimos cargo directamente
(a Iravés del i quipo que habían designado para
supervisar) y no recurrimos a la vía judicial