s.
GESTION Y ORGAN I Z AC I ÓN SOCIAL
La presencia dc recursos no guhernamenlalcs
disponibles para e! desarrollo de programas dc re–
construcción de vivienda "independientes", esto es,
desarrollados paralelamente a los programas guber–
namentales, tuvo sin duda un conjunto de electos
significativos en las organizaciones sociales de veci–
nos y damnificados constituidas en el área central
de la Ciudad de Méídco. Tales efectos serán consi–
derados en esle capítulo en dos niveles de análisis
diferentes: las modalidades de participación vecinal
y de gestión a través de las cuales se realizaron los
programas independientes de vivienda y el impacto
del apoyo no gubernamental en el desarrollo de las
uniones de vecinos y damnificados.
5. ¡Modalidades de gestión y panicipación vecinal
En el capítulo 2, al presentar los políticas gene–
rales de operación dc las ONG , señalamos la exist–
encia de diversas orientaciones en cuanto al impac–
to pretendido por la ayuda no gubernamental. Sim
plificando, se podría afirmar que mientras algunas
O N G limitaron los objetivos de la ayuda brindada a
la asistencia y promoción social de los damnifica–
dos, otras intentaron que ta ayuda operara como un
recurso para la promoción de las organizaciones
sociales. Estas diferentes tesituras implicaron, tal
como también se señaló, ta elección de interlocuto–
res diferentes. Tal elección por su parte, supuso la
inducción de modalidades de gestión diferentes
que, sin embargo, lian tenido, como se verá, algu–
nos elementos en común.
En el plano organizativo, es imporlante desta–
car que tanto la acción gubernamental como la de
las uniones, se apoyó, a nivel
df
base, en una ins–
tancia que se presentó naturalmente como la más
adecuada: la organización de los vecinos en cada
predio-"vecindad"- y la articulación de cada uno de
eslos grupos, ya sea con las instancias administrati–
vas det programa gubernamental, ya sea con ta
unión de vecinos, a través de representantes del
predio elegidos, por to general, a través de! proce–
dimiento de asamblea. Se difundió dc este modo
una instancia organizativa que, con diferentes de–
signaciones (comité de reconstrucción, mesa direc–
tiva, consejo dc vecinos, etc.), se tonstituyó en un
elemento clave e imprescindible de la gestión.
Dentro de ta gama dc programas no gubcrna-
mcnlales aquí considerados, prácticamente no exis–
tió ninguna modalidad que implicará la exclusión
de la participación dc los beneficiarios o que no in–
corporará algún elemento dc autogestión comunita–
ria. Pero lógicamente, cualquiera de tas modalida–
des puestas eo práctica tuvo como condicionante
fundamental tanto las características de las organi–
zaciones sociales y asociaciones civiles, que en algu–
nos casos operaron como instancias intermediarias,
como las de la base social, esto cs, los beneficiarios
de los programas.
Al igual que en el PRHP, la organización veci–
nal predio por predio constituyó en tos programas
no gubernamentales la instancia organizativa funda–
mental. Por otro lado, en estos últimos, las organi–
zaciones sociales que trascendían ios núcleos veci–
nales, es decir, tas uniones de vecinos funciimaron
en muchos casos como organizaciones promotoras
y ejecutoras de los programas dc vivienda. Cuando
se dieron estas condiciones, las organizaciones so–
ciales enfrentaron problemas semejantes a los que
debieron enfrentar los grupos técnicos ejecutores y
las organizaciones donantes: aparecer frente a los
vecinos como ima instancia a la que se responsabili–
zaba de los problemas y a la que podían exigirsete
resultados, de modo semejante a como los benefi–
ciarios del PRHP consideraban que los responsa–
bles de este programa debían cumplir con los com–
promisos contraídos.
En general, la estrategia seguida tanto por las
organizaciones donantes como por las instancias in–
termediarias, buscó involucrar, de diferentes formas
a los beneficiarios, es decir, promover su participa–
ción. Pero la participación tiene un costo que no
todos los vecinos esluvieron dispuestos a asumir en
el mismo grado o, incluso, a asumir en absoluto.
En esle senlido, los rcprcsentanles vecinales, presi–
dentes y miembros dc "mesas directivas", cooperati–
vas, etc., tuvieron un papel decisivo. ¿Pero en qué
medida y cómo participó el conjunto de los benefi–
ciarios en ta realización de los programas de vivien–
da? Se trata dc una pregunta para la cual sólo es
posible obtener una respuesta aproximada y tentati–
va, basada en la estrategia asumida explícitamente
por los representantes de las diferentes instancias
involucradas y la evaluación que estos poseen de
los resultados obtenidos, así como la percepción
que los propios vecinos poseen de su participación.