^'^Este índice se calcula como la diferencia entre la tasa de natalidad y la
de mortalidad de
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becerros, respecto al hato de vacas de vientre.
El índice de procreo^ constituye el mejor indicador
del nivel de eficiencia productiva del hato: este índice
considera tanto la tasa de parición como la de mortali–
dad de los becerros en los primeros meses. La tasa a ni–
vel nacional puede considerarse relativamente estable
alrededor del 50%, esto implica que una vaca de vientre
se reproduce cada dos años, sin existir importantes dife–
rencias entre las distintas zonas del país.
La baja productividad es reflejo de la insuficiencia
alimentaria del ganado: mala calidad de los agostaderos
y baja utilización de complementos alimenticios; tal si–
tuación se ha mantenido durante un largo período en la
ganadería extensiva. Otro factor determinante del bajo
nivel de la tasa de procreo son las malas condiciones sa–
nitarias. Considerando, junto a esto, que la mayor parte
de la producción lechera se extrae de la ganadería estabula–
da y que este sistema es muy tecnificado, es fácil entender
que la productividad de este tipo de vacunos se desarrolle
con más rapidez que la de la ganadería de carne.
En lo que respecta a la tasa de extracción, esta se
comportó de manera estable en la década: alrededor de
15.8%. El sacrificio crece (en especial para cubrir la cre–
ciente demanda nacional) en contraposición de la dismi–
nución de las exportaciones. El peso promedio del gana–
do, que es cercano a los 162 kg.,es también estable du–
rante el período en cuestión.
La importancia de la matanza
in situ
ha disminuido,
lo que provoca que cada vez se considere más marginal:
mientras que en 1970 este tipo de sacrificio representó
8.3% del sacrificio para el consumo interno, en 1980
1...,301,302,303,304,305,306,307,308,309,310 312,313,314,315,316,317,318,319,320,321,...512