que esta serie de prácticas tienen diferentes implicaciones para acto–
res distintos (Lomnitz-Adler, 1992:305).
Como se mostró en los capítulos etnográficos, existe una variedad
de posibilidades para utilizar el Zócalo u ocuparlo. El Zócalo es un
lugar de condensación de atribuciones de significado
y
actividades –
algunas incluso contradictorias- que son renegociadas constantemente
en relación con una construcción de la identidad . La plaza pasa a ser
un lugar de identificación que es interpretado por cada actor a partir
de su saber cultural
y
de sus propias historias.
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