Cuadro 5.3 México: distribución porcentual de las importaciones
Años
Total
Bienes de consumo
Bienes intermedios
Bienes de capital
1980
100.0
13.0
59.7
27.3
1981
100.0
11.7
56.7
31.6
1982
100.0
10.5
58.3
31.2
1983
100.0
7.2
67.1
25.7
1984
100.0
7.5
69.7
22.8
1985
100.0
8.2
67.9
23.9
1986
100.0
7.4
66.8
25.8
1987
100.0
6.3
72.2
21.5
1988
100.0
10.2
68.5
21.3
1989
100.0
13.8
67.5
18.7
1990
100.0
16.3
61.8
21.9
1991
100.0
14.8
63.0
22.2
Fu£nte:
Elaborado con base en la información del Cuadro 5.4.
de sobrevaluación del peso,'^ provocó el deterioro
creciente de las relaciones comerciales con el exte–
rior, al alentar todo tipo de importaciones. Los
saldos superavitarios, reiniciados por la política de
ajustes desde principios de la década anterior, des–
cendieron rápidamente para convertirse en saldos
negativos. Después de siete años de superávit con–
tinuo, 1989 marcó el regreso al déficit en balanza
comercial, con un monto de 2 595.8 millones de
dólares. Para 1991, el saldo negativo había crecido
4.3 veces, al ubicarse en el nivel de 11 063.8 mi–
llones de dólares (véase el Cuadro 5.4). Según
varias estimaciones, el déficit comercial rebasaría
los 20 ООО millones de dólares al finalizar 1992. Ya
para el primer semestre de este año el déficit
acumulado fue de 9 402 millones de dólares.
En consecuencia, las dificultades del sector ex–
terno, reflejadas en el déficit comercial del país, se
presentaron como el otro costo inducido por las
políticas de ajuste practicadas. El déficit en balanza
comercial y el pago de otros factores al exterior
obligaron a la búsqueda de otras fuentes de finan–
ciamiento. Al ser desechadas, hasta ahora, las re–
servas internacionales del Banco de México, que
registraron su mayor nivel con aproximadamente
Los objetivos de la política con respecto a la inflación, sobre
todo desde 1988, así como los problemas financieros del
país no han permitido, hasta el momento, que la devalua–
ción se convierta en un instrumento para la búsqueda del
equilibrio comercial extemo.
18 ООО millones de dólares en agosto de 1992, la
decisión se orientó, una vez más, al exterior me–
diante el mayor flujo de
lED
como mecanismo de
financiamiento para los desequilibrios externos, y
de ese modo, y al mismo tiempo, se relajaron las
presiones cambiarías y financieras. En este contex–
to, el proceso de desregulación de la
lED
se aceleró
a partir de 1985, al establecerse un nuevo regla–
mento de ésta; se avanzó tanto en las condiciones
de apertura de la economía en general como en las
posibilidades de inversión en ramas y empresas en
particular.
Entre 1983 y 1991, el valor de la
lED
en el país
se triplicó, al pasar de 11 470.1 a 33 874.5 millones
de dólares. En parficular, para 1988-1991, Estados
Unidos se mantuvo como el país de origen de
mayor importancia, a pesar de que su participación
declinó del 66% en 1987 al 62.5% como promedio
anual para los siguientes años. Gran Bretaña le
siguió, al ubicarse por arriba de Alemania yjapón
(véase Cuadro 5.5). Los sectores preferidos no se
modificaron. La industria y los servicios, estos últi–
mos con un fuerte incremento desde 1987, siguie–
ron recibiendo poco más del 90% (véase Cuadro
5.5 y 5.6).
En conjunto, "la combinación de bajo creci–
miento (del
PIB)
con alto déficit (comercial exter–
no) es lo que hace más preocupante la situación
actual. El viejo cuello de botella de la economía
mexicana -la restricción externa- es ahora más
grave [...] y la reacción de la política económica
1...,53,54,55,56,57,58,59,60,61,62 64,65,66,67,68,69,70,71,72,73,...104