en el Tratado por presiones estadounidenses - y
cuya inclusión violentaría el marco institucional
mexicano (petróleo y servicios financieros)-, o
muestran enormes asimetrías con sus similares en
los otros dos países (agricultura y microindustrias),
de lo cual resulta una dificultad invencible en el
terreno de la competencia productiva y comercial.
Por último, aparece como notoriamente incier–
to el firturo de la eventual ampliación del
TTLC
al
escenario económico centroamericano y del Cari–
be, por cuanto se habla de una economía poco
diferenciada y que, por ello, incumple con el re–
quisito técnico de la complementariedad en sus
ofertas nacionales de bienes y servicios. Desde las
aspiraciones comerciales de esas economías, lo que
aparece como propósito fundamental es penetrar
con esa oferta inelástica y, cuando mucho, agroin–
dustria! en el mercado estadounidense, mismo
que, aunque se encuentre en franco repliegue,
continúa siendo el mayor y más importante del
mundo. Los diversos rezagos sociales, el tamaño de
la población mayor de 15 años desocupada y falta
de disponibilidad, en tiempos de paz, de la liquidez
que se le proporcionó por los Estados Unidos en
tiempos de guerra, convierten al caso salvadoreño
en el que quizá enfrente la situación más dramá–
tica y que resulte el más necesitado de los benefi–
cios, en su caso, instrumento por suscribir, aun
cuando lo sea de manera indirecta y preferente–
mente apoyado en los costos diferenciales de algu–
nos factores productivos, fuerza de trabajo y mate–
rias primas, principalmente, lo que le aleja de los
principios del paradigma vigente, que es el de las
ventajas competitivas (tecnologías complejas, fuer–
za de trabajo altamente calificada y productividad
creciente).
FORTALEZA Y DEBILIDAD DE L A
ECONOM Í A MEX I CANA . RAMAS Y
EMPRESAS CON POT ENC I AL EXPORTADOR
Consideraciones iniciales
En páginas anteriores se apuntaron algunas refle–
xiones en relación con la economía mexicana, en
especial para la primera mitad de la década de los
ochenta.
N o obstante, el desenvolvimiento económico
reciente del país exige un análisis un poco más
detenido de su evolución debido, entre otros ele–
mentos, a los importantes cambios y condiciona–
mientos que tanto interna como externamente se
presentaron durante aquella década y que conti–
núan en la actual. Lo anterior, suponemos, permi–
tirá una mejor comprensión de los ajustes realiza–
dos en la política económica bajo la estrategia
fundamental de la integración de la economía al
TTLC
de Norteamérica. Finalmente, se ponderan
los resultados económicos registrados con base
en los términos siguientes.^
En primer lugar, podríamos plantear que el
término de cambio estructural y su utilización en
diferentes direcciones, por ejemplo a través de los
procesos de sustitución de importaciones, aunque
se originan mucho tiempo atrás, cobran mayor
relevancia a partir de la década de los setenta, bajo
la propuesta central del establecimiento de un
nuevo orden en el funcionamiento de la economía
del país; en ese contexto, el mejoramiento en los
niveles de bienestar económico y social serían fac–
tores importantes.
La estructura productiva del país, sin embargo,
no sólo no se modificó en términos de un cambio
estructural inducido hacia delante, sino que se
estancó y ahondó deficiencias y los desequilibrios
de las cadenas productivas internas. En efecto -di–
cho sea a guisa de antecedente-, en oposición al
suministro de infraestructura y de importantes es–
tímulos del Estado hacia la inversión privada se
generó una política abierta de importaciones, espe–
cialmente de bienes intermedios y de capital, de ese
modo se limitó la capacidad de desarrollar un pro–
ceso real de sustitución de importaciones más allá
de los niveles del consumo y de las manufacturas.
Un sector orientado básicamente al mercado inter–
no, desarticulado y fuertemente dependiente de la
producción externa se convirtió en uno de los
principales resultados de los esfuerzos de muchos
años.
El origen y las características de la crisis de la economía
durante los años ochenta se exponen con mayor detalle en
Federico Novelo,
op. cit.
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