el pretendido sesgo exportador, al sustituir los
hidrocarburos por las manufacturas como primer
renglón de exportación a partir de 1986 (véase
cuadro 5-2). Po r l o que toca alas importaciones, su
estructura se comportó de acuerdo con las tenden­
cias del
PIB.
Las de bienes de capital disminuyeron
del 31.2% al 21.5% del total, mientras que las de
bienes intermedios subieron del 58.3% al 72.2%.
Porcentaje, este último, que representó el mayor
nivel, incluso más allá del periodo por ahora com­
prendido (cuadro 5.3). El descenso brusco de las
importaciones propició un superávit comercial des­
de 1982 que coadyuvó a cumplir con los compro­
misos adquiridos del pago de la deuda externa y
sus servicios.
La segunda consideración alude a la política de
atracción de
IF.D.
Esta se cumplió al alcanzar un
monto de casi 21 ООО millones de dólares (se dupli–
có el periodo), como se puede apreciar en los
cuadros 5.5 y 5.6. Sus sectores preferidos fueron el
industrial y el de servicios, que en conjunto absor–
bieron poco más del 90% del total, y Estados Uni–
dos el país con mayor participación (dos terceras
partes del total), seguido muy de lejos por Alema–
nia yjapón (13% entre los dos).
Sendos elementos, relaciones comerciales con
el exterior e
lED,
reflejaban con claridad la impor–
tancia del proceso de apertura de la economía.
Proceso, por cierto, iniciado y acelerado desde
aquel periodo.
De lo anterior se colige que,
...la política de ajuste fue incapaz de controlar los
desequilibrios estructurales de la economía mexi–
cana y de restablecer las condiciones para el creci–
miento económico. De ahí que de una política de
corto plazo se convirtió en una permanente a lo
lar- go del periodo... si bien ineficaz como correc–
tora de los desequilibrios de la economía, la polí–
tica fue de desajuste y cumplió con la reestructu–
ración productiva mediante el impulso a la
exportación de manufacturas, la liberación de la
economía interna y externa, la reorientación eco–
nómica del Estado y la mayor apertura [...Sin
embargo] la política que respondió de manera
principal a los compromisos con la banca interna–
cional y el FMl respecto a los servicios de la deuda,
fracasó en su intento de contener la inflación
mediante la restricción de la demanda agregada y
no atacar sus causas estructurales, sino diagnosti–
car una política antinflacionaria de corte moneta–
rista que atribuía el proceso d e inflación al exceso
de dinero y al déficit estatal; de ahí la necesidad
de comprimir el gasto público, el crédito y los
salarios reales.^
La estabilización de la economía: requisito de la
integración comercial internacional
Entre 1982 y 1987, la promoción de la exportación
de manufacturas, la reorientación económica del
Estado y la liberalización comercial y financiera se
combinaron, como objetivos pretendidos y alcan–
zados, para pasar del déficit al superávit comercial.
Sin embargo, "la economía sufrió y la sociedad
padeció durante ese lapso, un estancamiento pro–
ductivo y un insólito proceso de deterioro social
ampliamente documentados y demostrados".^ Los
bajos niveles de crecimiento y el sustancial incre–
mento de la inflación mostraban el lado oscuro de
los ajustes y la incertidumbre en el devenir de la
economía. Quedaba entonces de manifiesto la ne–
cesidad de lograr la estabilización conjunta de la
inflación y del crecimiento y, con ellos, la de otras
variables macroeconómicas.
En la aplicación de una política de ajustes cada
vez más profundos se optó por el crecimiento
económico y la búsqueda de menores niveles de in–
flación. Con la puesta en marcha del Pacto de
Solidaridad Económica
(PSE),
en 1987, diciembre
para ser exactos, y su transformación en Pacto para
la Estabilidad y el Crecimiento
(PECE),
un año
^ Arturo Guillen, "El programa de EstabilizaciónMexicano
(1987-1989): principales resultados y obstáculos actuales",
en
La economía mexicana actual: pobreza y desarrollo incierto.
UAM-l, Departamento de Economía, 1991, pp. 136-137. En
correspondencia con lo citado, el autor afirma más adelan–
te que, de 1983 a 1987. los factores más importantes de
propagación de la inflación fueron la devaluación del tipo
de cambio, el alza de las tasas de interés y la elevación de
los precios y las tarifas del sector público, instrumentos
clave de la política de ajuste, junto al rentismo y la especu–
lación. Por lo que, la política de ajuste aplicada lejos de
lograr el control de la inflación, la estimuló, y de ese modo
bloqueó las posibilidades de crecimiento en virtud del
comportamiento de aquellos indicadores en ese momento.
^ Armando Labra, "Economía mexicana en el nuevo escena–
rio", en
Cuadernos Nexos, op. cit..
p.
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