Myriam Rudoy C.
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sonajes. En sentido figurado, el Quijote lo toma en cuenta, en la lí-
nea citada antes, puesto que piensa en una acción realizada con “sus
manos”. Ocurre que hay en el mundo gran cantidad de hombres y
mujeres y muchas maneras distintas de ver el mundo, la vida y la
muerte en todos ellos. Y no todos los seres humanos piensan y razo-
nan igual. El talento de un narrador está en la posibilidad de otorgar
voz a todas estas modalidades de acción y de pensamiento. Sabido
es que Américo Castro fue el primero en descubrir que Grisóstomo
sí es un suicida, especialmente por el texto poético que se inserta en
el capítulo
xiv
.
18
Desde luego, a ninguno de nosotros escapa la preocupación de
Cervantes por la revisión y lectura que realizaba el Santo Oficio de
los textos a publicarse y de las delicadas y peligrosas implicaciones
que podía tener tocar temas escabrosos. Los estudiosos cervantinos
nos informan, que, al parecer, los poemas eran leídos muy superfi-
cialmente, de modo que era más fácil introducir allí al suicida que
en la prosa. Otra discusión ha sido si Cervantes es “hipócrita” o
como algún contemporáneo ha afirmado también, pone las dos op-
ciones para que el lector elija leer lo que le convenga.
Es evidente que Cervantes no ha sido absolutamente radical y
claro en la descripción, y como Castro ha dicho: “Pasa por el suici-
dio como sobre ascuas”.
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Sin embargo, lo que hizo fue sortear el
problema como le dictó su ingenio en su espacio y tiempo.
Preguntémonos ahora qué es lo que nos quiere retratar Cervan-
tes en esta sección, a la que, como sabemos, le agregó un poema en
fecha posterior.
Mi propuesta interpretativa es que quiere mostrar, con todas las
consecuencias que eso podría tener —en su tiempo— y ahora, dos
maneras de ejercitar la libertad. Y por tanto, en el caso de Grisósto-
mo, describe el atrevido acto que éste ha realizado, esto es, tomar su
vida por propia mano, sin juzgarlo, sin establecer un juicio valorati-
vo negativo de su acción, simplemente la describe, es lo que llevó a
cabo Grisóstomo. Al mismo tiempo, nuestro segundo personaje, la
pastora Marcela, también ejercita como hemos dicho antes, otro
acto de libertad. Ha decidido que quiere ser libre y amar lo que a
ella le genera ese sentimiento: la naturaleza y realizar las faenas
sencillas del campo, como conversar con las pastoras de las cosas
18
Referido por Salvador Muñoz Iglesias en:
Lo religioso en el Quijote
, Toledo,
Estudio Teológico de San Ildefonso, 1989, p. 158.
19
Loc. cit
.