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Tema y Variaciones de Literatura 40
simples de la vida, cuidar las cabras y admirar el mundo natural.
Cervantes hace que sea, la propia Marcela, en su apología, la que
describa a los demás lo que desea. Con esto muestra la agudeza, in-
teligencia y perspicacia de la joven.
Ambos personajes frente al esquema valorativo de la época, son
un par de transgresores. Grisóstomo porque, si se suicida, se va a ir
al infierno, fin que especialmente en ese momento histórico, nadie
hubiera deseado, y Marcela, porque al decidir amar algo diferente
que un hombre, muestra que objeta el destino femenino tradicional,
social y religioso: casarse y tener hijos. Es interesante destacar tam-
bién la agudeza de Cervantes como escritor por fundamentar la ve-
rosimilitud de ambos actos, pues éstos pueden realizarlos nuestros
personajes, primero, porque son huérfanos, esto es, no existe la ten-
sión que aparecería si hubiera padres que pudieran impedir o inter-
venir en alguno de los dos actos, y segundo, porque son ricos. Supo-
nemos que el entierro pagano de Grisóstomo está siendo pagado
con el dinero de su familia y en el caso de Marcela, ella misma nos
cuenta que, puede dedicarse a lo que hace, porque no tiene que tra-
bajar para sobrevivir, ni venderse a hombre alguno porque posee
fortuna propia, heredada de su padre.
Un sector de los estudiosos cervantinos, incluido Américo Cas-
tro, añaden que la historia en prosa no tiene elementos para hacer
suponer el suicidio, es el poema el elemento literario más explícito
al describir la manera en que muere Grisóstomo: quien literal y ma-
terialmente toma la vida por sus manos, esto es, se ahorca.
No coincido con esta interpretación. Veamos por qué. El entie-
rro al que vamos a asistir en el texto es un entierro pagano. En los
entierros cristianos tradicionales ocurría lo siguiente: se anunciaban
con campanas, las procesiones se detenían de tanto en tanto, allí, se
cantaban responsos y se rezaba, se llevaba en andas al muerto con
una cruz por delante y por último, se enterraba el cuerpo en una
iglesia o en un camposanto.
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En la procesión van seis pastores de
negro, y llevan: “guirnaldas de ciprés y de amarga adelfa”. El ciprés
y el narciso eran atributos de Hades, quien era tanto el dios del in-
framundo griego como el reino tenebroso que gobernaba. Plinio, el
Viejo, indica que una rama de ciprés en la puerta de una casa roma-
na significaba que había un difunto o el duelo por alguien. Los seis
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María de los Ángeles Rodríguez Álvarez,
Usos y costumbres funerarias en la
Nueva España
, Zamora, El Colegio de Michoacán-El Colegio Mexiquense, 2001,
pp. 45-48.