Eduardo Villegas Guevara
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El texto en el que estaba trabajando Caicedo en 1976 y que él llama-
ba ”Despezcueznarizorejamiento”, se convirtió más tarde en una
novela contundente, debido a su ambiciosa propuesta literaria y se-
ría publicada con el título
Noche
sin fortuna
. Es una novela de tras-
fondo juvenil; la ingenuidad sirve para resaltar aspectos trágicos,
cuyos ecos terribles resuenan más fuerte en medio de su gran dosis
de humor. Una vez más, echando mano de su principal repertorio,
Caicedo toma a unos jovencitos de la clase media y los saca de sus
casas. Todo apunta a que llegaran a la sencilla fiesta de una quincea-
ñera, pero su autor decide que el mundo está bastante trastornado y
que lo único certero en la existencia es el terror.
Llegué a Caicedo siguiendo mi interés en los temas citadinos re-
flejados en la narrativa. Me deleitaba el argot, el caló en México, la
germanía en la tradición hispánica, junto con muchas características
urbanas; la música, el cine, el hacinamiento, el transporte, el aisla-
miento dentro de la muchedumbre... Supuse antes de leerlo que Cai-
cedo tendría que redondear una visión singular de la urbe, dada su
relación de amor–odio con su ciudad. En la literatura mundial tenía-
mos ya, entre muchos otros,
Dublineses
de James Joyce para hablar
y describir a Dublín. En Latinoamérica Mario Benedetti tenía como
uno de sus mejores libros a
Montevideanos
, con su mundo de ofici-
nistas y cierta grisura existencial. Gracias a la irrupción de escrito-
res más jóvenes, temerarios y versátiles, me parece que resultó na-
tural la llegada de los cuentos que integran
Calicalabozo.
Cierto
que muchos de ellos fueron escritos en la década de los setenta,
pero su publicación póstuma nos restó tiempo en su lectura
.
Son
vertiginosos, intensos y vibrantes. En ellos encontramos las motiva-
ciones constantes de la narrativa de Andrés Caicedo y son escenifi-
cados los temas que siempre le obsesionaron: el cine, el
rock
, la ciu-
dad como escenario que encierra horrores cotidianos, una eterna
melancolía que se apodera del pensamiento, los adolescentes deli-
rantes que buscan amor en medio de tanta perdición-pudrición…
No queda fuera, esencia de su creador, la presencia de la muerte que
trasmina todo y, por supuesto, la literatura como experimentación
creativa y transgresora para diluir los límites de la realidad.
Otro de los títulos que redondea el universo que más me interesa
de Andrés Caicedo es
Angelitos
empantanados
. Además de sus ca-
racterísticas y propuesta literaria, lo agrego dentro de mis libros pre-
dilectos por el placer que me provoca su lectura. Pura deformación
profesional o gusto personal, lo confieso. Me hice lector gracias a
ciertos autores que pusieron ante mis ojos a héroes muy cercanos