Elena Madrigal
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“Hablamos de la piedra interior / que nos robaba el alma / en un
ir y venir de ceibas, / pájaros y ríos.”
16
A cambio de abandonar los motivos del azul y de la luna, dos
años más tarde, Barrera inaugura la explicitud de su inspiración en
Escritura de árboles
mediante la dedicatoria “Para Sandra, con
amor vegetal”
17
y retorna a algunos de los motivos de
Material del
olvido
. Específicamente, “Ceiba”
18
está profundamente relaciona-
do con “
Juntas vimos la mariposa azul
…” La comparación en el
verso de apertura aclara que la mujer es a semejanza de la ceiba y,
a continuación, el yo lírico se declara enamorado y expresa su de-
leite ante el cuerpo femenino amado:
Como la ceiba eres
mujer de transparencias
pezones encendidos
y fuego en los labios.
Tienes los pechos dulces
y los ojos tiernos
cuando te abrazo
o te digo que te amo.
19
En los cuartetos finales, el yo lírico se enmascara en la prosopope-
ya “la pupila de la noche” para reiterar el disfrute que le provoca
la mirada del cuerpo desnudo de la amada y la selva vuelve a ser
el paisaje idílico de encuentro de las amantes:
La pupila de la noche
cuelga su manto de hojas
junto al río
en espera de que tú te bañes.
16
Material del olvido
, p. 17.
17
El paratexto funciona como declaración poética amorosa que incluso tras-
ciende a la prosa de Barrera cuando publica la novela
Sandra, secreto amor
en
2001 bajo el sello de Plaza y Valdés. En mi acercamiento panorámico a la poesía
sáfica mexicana subrayo la importancia interpretativa y el guiño a la lectora lesbia-
na que significa la dedicatoria a una o a varias mujeres por parte de una mujer (véa-
se Elena Madrigal, “Poetas mexicanas que dicen el amor en lésbico: panorama y
aproximación crítica”, del 2010).
18
Escritura de árboles
, p. 36.
19
Ibid
., p. 5.
Revista_43.indb 233
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