c) La aplicación de técnicas y terminologías de otras ciencias al proce
so de diseño, con la consecuente elitización de éste para todos los "neófi
tos".
Esto dió como resultado que el movimiento inicial de aclaración y optimización se
viese en poco tiempo casi abortado, debido a una actitud de ultra refinamiento, que
enfocaba casi absolutamente su interés al desarrollo de técnicas que muy poco tenían
que aportar al proceso mismo 5
2
.
2
.
2.2
Después de la Tempestad
N o tardó en llegar un período de resaca en el cual se evaluaron los enormes
aciertos y las fallas, también grandes, de esta aplicación de diversos méto
dos al diseño.
A partir de estos procesos de la llamada primera generación, se toma con
ciencia, paulatinamente, de esas otras áreas del conocimiento que influye
ron tan poderosamente para sacar del sopor, de autocomplacencia y
autoexplicación a todas las ramas del diseño.
Los logros más importantes son:
a) La aclaración de que el diseñador realiza acciones que pueden y deben
ser conocidas, para poder optimizar su trabajo.6
b) El surgimiento de un grupo de investigadores del diseño en sus distin
tas ramas, que comenzaron a producir estudios con el rigor metodológico
necesario.
c) La investigación de las fases del proceso, largamente retardada, que
permitió aclararlas, desmitificarlas y manejarlas más adecuadamente.
d) La confrontación del diseñador con otros profesionales, lo cual propició la
toma de conciencia de su inconsistencia a nivel metodológico.
Por otro lado algunas de las fallas son:
a) La pérdida, a menudo irreparable, en un proceso lineal y prescriptivo,
de acciones a realizar, que genera vastas cantidades de información sin pro
veer criterios de diseño definidos para su utilización, y el malgasto de recur
sos y tiempo en complicados diagramas y tablas, que a menudo, tenían poco
valor para materializar las hipótesis formales, con la consiguiente frustración.
b) El énfasis en un acercamiento "duro" en el proceso. Esta actitud, en
términos simplistas, propone que se excluyan del proceso como sistema fun
cional todos ios elementas "inestables" o "perturbadores". En suma, que se
reduzcan sus variables no evaluables "científicamente"7
5. G. Bonsiepe,
o p .
cit..
págs. 170 a 171.
O. Bohigas, Proceso y
erótica del diseño. La gaya
ciencia, Barcelona, 1972,
págs. 71 a 73.
6. C. Jones, Design Met
hods, J. Wiley and Sons,
London, 1970, págs. 46 a
57.
7. Esta actitud no debe to
marse sino como resultado
de la aplicación de una con
cepción pre-einsteniana de
lo que es la ciencia. Véase
K. Popper "Of Clouds and
Clocks", en Architectural de
sign. London, Oct. 1969,
págs. 491 a 492.
En su aplicación al Diseño
véase: de M. Brill, "La Eva
luación de los edificios en
base a su funcionamiento",
en Designs for Human Be
havior. D.H.&R., Boston,
1974.
C. Burnette, "Imagen mental
y diseño", en el libro anterior.
65