8 .
G. Bonsieppe.
o p .
cit.
pág. 46.
9
. , op. c i t . págs. 191
a
194.
10. En el artículo de H. Rrttel
y M. Webber, Problemas Per
versos, Man Made Futures,
London, 1974, Open Univer
sity Press, se aclara el térmi
no perverso o mal definido,
pero no apunta sino a las
condiciones y naturaleza de
estos problemas.
Véase también T. Maldona
do, Ambiente Humano e
Ideología. Nueva Visión, Bue
nos Aires, 1972, pág. 65.
11. Optimas, dentro de las li
mitaciones impuestas por el
proceso de jerarquización de
factores y variables del pro
blema. Existe una fuerte re
acción a esta posición, debi
do sobre todo a que estos
factores elegidos tienden a
ser el producto de prejuicios y
predilecciones del diseñador.
A menudo factores no inclui
dos dentro de este esquema
son primordiales en su solu
ción integral, pero por no ser
fácilmente "detectados" y e-
valuados son ignorados. Véa
se sobre todo el análisis de
las "necesidades" en C. Ale
xander y B. Poyner La estruc
tura del Medio Ambiente.
Tusquets, Barcelona. Esto no
es más que una posición de
solución parcial o suboptimi-
zación, causado por la simpli
ficación de aspectos comple
tos del proceso. Véase T.
Maldonado,
q p .
cit.. págs. 67
a 70.
12. T. Maldonado,
q p . c i t ..
pág. 71.
c) La dependencia del diseño de otras metodologías ajenas a su cam
po, que por óptimas que sean en el suyo no hacen sino retardar el surgi
miento de una propia al diseño.8
d) Finalmente, la falla más grave -sobre todo entre los diseñadores
que
no están inscritos en la realidad que originó esta aclaración del proceso
de
diseño-, es la miopía en la aceptación de métodos y especialmente en técni
cas, que no tienen nada que ver con la realidad diferente y contradictoria en
todos sentidos, en la cual se aplica un proceso que de entrada no es crítico y
por lo tanto tiende al estatismo.9
2.2.2.3
Lo que mal empieza, mal acaba
E s ta última falla es particularmente difícil de comprender. En los países don
de se inició esta búsqueda hacia un orden en el hacer del diseño, tanto las
técnicas como los métodos empleados iban dirigidos a la
"solución"
de pro
blemas de diseño. Esto parece lógico y el sistema sería tautológico si no fue
se así; pero el desplazamiento para
"reconocer"
y por supuesto solucionar
problemas es diferente, y hacia esta trayectoria se pueden desplazar los in
vestigadores. Pero lo que resulta aún más radical es la tarea de aclarar y de
finir en qué contexto están estos problemas. Esto a primera vista lanza al
diseñador a un campo de interdisciplinariedad, que plantea tales problemas
como parte de una realidad compleja en la cual coexisten aspectos sociales,
económicos que por supuesto requieren del diseño. Lo evidente es el hecho
de que el adoptar una técnica como la del "problem solving" en una tarea co
mo el diseño, necesariamente la limita (esto, por supuesto está encaminado
a hacerla más operante); pero si esta limitación comienza por lo fundamen
tal, que es la situación del problema, necesariamente acaba mal, pues cuan
do se excluyen (por optimización) las causas y el contexto de ese problema
siempre "mal definido", se tendrán siempre soluciones "mal diseñadas” .1
En un medio en el que la posición de
solución
ópí/ma11 de problemas sea
fuertemente estimulada, no es relevante una actitud crítica en el proceso de
diseño; sin embargo, aún dentro de esta posición, tal actuación acrítica es
sumamente sospechosa.12 Por esto es necesario que en esta toma de con
ciencia del diseñador acerca del proceso de diseño que emplea, no excluya
cándidamente los supuestos o el marco total donde se inserta el
problema
que se le presenta, el cual la mayoría de las veces no es detectado ni inves
tigado por él. Esto es particularmente importante en países en los que el de
rroche y la mala utilización de recursos de todos tipos equivale a un
suicidio.13
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