17. E. Ambazsz,
The Formu
lation of a Design Discourse.
Perspecta Yale Univ. Press,
pág. 70. G Bonsiepe,
Op.
Cit., final pág. 33 E. White,
Concept Sourcebook.
Poe-
nix, U. Arizona, 1975. En Ar
quitectura
véase
G.
Broadbent, op. cit., Capítulo
19. véase también Kallmann
y McKinnell, en
Arquitectural
Record,
November 1975,
"Movement Systems as
Generators of Built Form”,
págs. 105 a 108. Y el artícu
lo R. Geddes, "Theory in
Practice", en
Architectural
Forum,
September 1972,
págs. 34 a 41.
18. Es muy vasta la informa
ción disponible; véase sobre
todo: G. Moore, op. cit.. Ca
pítulo 8. G. Broadbent,
Gil, Capítulos 4, 8 y 9, J.
Lang "Designing For Human
Behavior", op. cit. J. Drewer,
El lenguaje de Patterns, La
Tercera Generación. Edit.
Gustavo Gilli, Barcelona,
1972. Así como el artículo
de C. Alexander «Major
Changes in Environmental
form Required by social and
Psycological Demands", en
Ekistics 48, 1969, págs. 78 a
85.
19. véase "Modelos de un
proceso nacional de diseño".
E. Dussel, Apuntes, Semina
rio de Investigación, UAM,
1976.
a) La necesidad de una toma de conciencia por parte del diseñador de
que un proceso sistemático es un medio, no un fin en sí mismo. Esta to
ma de conciencia debe ser crítica del proceso que realiza, es decir, con
traria a la postura del "diseñar" desde el principio, o a la de diseñar
"intuitivamente" y, además, debe olvidarse del método (lo que también
es un método de diseño) (véase 2.1).
b) El problema de conversión de datos, observaciones y requerimientos
de diseño en una forma que los relacione coherentemente. Esto ha sido
apuntado ya como uno de los campos más necesarios para implemen-
tarse.17 Es en este paso del proceso donde puede y debe utilizarse toda
la experiencia que el diseño ya posee, pero que a menudo es menospre
ciada por considerarla anticuada.
c) La urgencia de incorporar como parte activa dentro del proceso ele
mentos largamente postergados, como lo son los protagonistas y recep
tores del producto formal final, así como la importancia de considerar la
enorme influencia en el proceso proyectual de cuestiones psicológicas,
sociológicas, etc.18
d) La realización de que la tarea de diseño es y debe ser una respuesta
integrada formalmente a una comunidad específica, con sus característi
cas particulares, y no un campo de acción para desplantes formales, fa
tales a esa comunidad.
En resumen, podemos señalar que la implementación de un modelo propio
de diseño es tarea particularmente urgente en países dependientes o perifé
ricos y que resulta primordial la aclaración de los supuestos de los que par
ten los problemas de diseño.
Por esto se debe buscar un diseño "otro" como respuesta a un diseño im
plantado. Un diseño que no evite la investigación cuando ésta sea necesa
ria, que no caiga en gambitos inútiles confundiendo métodos con técnicas,
que no "opere" cándidamente bajo la cubierta de "hacer" diseño, pues esto,
dice, es su tarea y no la de saber de dónde surgen, por qué y a dónde van
sus diseños.
Que no se demore tampoco su acción, una vez que ésta es necesaria a nivel
formal. Que no caiga en trampas desarrollistas situando su diseño por enci
ma del nivel tecnológico real del país. Que realice, en suma, un proceso pro
pio, lúcido, crítico y no lineal.19
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