De esta manera, cualquier proyecto educativo, necesariamente privilegia cierta versión del mundo, por
muy implicitamente que lo haga.
Así por ejemplo, la antropología cultural, con el relativismo opuesto al evolucionismo, permitió abrir el
debate sobre la escala progresiva o valorativa de la cultura. Para dar respuesta a los movimientos de
los llamados grupos minoritarios de los Estados Unidos y para explicar el alto índice de reprobación de
los
n i~os
de ciertos grupos culturales se propuso la noción de conflicto cultural. Según el modelo, los
contrastes entre las culturas de diversos grupos étnicos y la cultura representada por la escuela
generaban situaciones de incomunicación entre maestros y alumnos que producían a la larga el
fracaso escolar (Rockwell, 1997). El valor de esta leorla consistió en contrarrestar las teorías que
atríbuían el fracaso escolar a factores raciales o genéticos, o bien a deficiencias culturales o
lingülsticas producto de una socialización primaria considerada patológica.
Ademas, la acumulación de investigación etnográfica sobre el aula en contextos multiculturales mostró
ciertos problemas con las concepciones vigentes de la dinamica cultural. Se senaló que las diferencias
culturales en la comunicación se podían suprimir si la relación cultural no era conflictiva. La
identificación de procesos de resistencia cultural reconoce que la acción de los alumnos no siempre se
puede explorar en función de los valores de su cultura de origen. En gran medida responde a
estrategias adaptativas o contestatarias generadas dentro de las mismas escuelas
(Rocw~l1.
op. cit.).
Se concluyó que en ciertas practicas, mas que imponer una cultura dominante, excluyen a ciertos
ninos de la cultura que debe transmitir la escuela, sin que este resultado sea atribuible a diferencias o
deficiencias de sus propias culturas de origen.
Como ya se señaló con anterioridad, dicho análisis pretel"1de dar una base teórica que permita dar
cuenta de esa heterogeneidad, que nos permita las posibles vías de explicación de tos procesos de
aprendizaje y desarrollo para poder aportar Jos principios que orienten el diseno e intervención
cultural.
Esto. relacionado con los agentes educativos, entre ellos la escuela, supone que la
Organización sociocultural humana facilitaría siempre unas
estructuras comunes
que garanticen
que se dé algún tipo de construcción cultural de la conciencia: Se pueden considerar como
estructuras comunes el trabajo social y técnicamente organizado, mediadores simbólicos y
lenguajes para la regulación de la conducta, sistemas de interdependencia funcional
y
de
organización cultural de las actividades de carácter social e instrumentalmente distribuido,
76