anterionDCDte
descooocida,!' como resultado d e la enorme desviación ilegal
de
recursos hacia Él
desde
las propias empresas estatales. EUo generó u n amplio des–
contento
social
que
convergió
con
el estallido generalizado de
los
movimientos
in-
dependcntistas y autonomistas regionales para c o n f o r m a r
una
situación caótica d e
descomposición social y estatal.
E l país comenzó a polarizarse entre
dos
grandes fuerzas. P o r u n lado,
un
cre–
ciente movimiento democrático de masas encabezado
por los
intelectuales
(el
yeltsinismo),
cada
vez más crítico del liderazgo reformista de Gorbachov,
que
p r o –
pugna
el
multi partidismo, c l pasaje rápido hacia una economía " m i x t a "
dc
m e r c a –
do fuertemenle privatizada y la conversión d e la U n i ó n Soviética e n u n E s t a d o
confederai
-que
reconociera efectivamente c l derecho
de
autodeterminación d e
las repllbbcas-; p o r su p r o g r a m a y composición social, es un m o v i m i e n t o m u y si–
milar a otros de E u r o p a d e l Este como el F o r o Cívico checoslovaco, p e r o m u c h o
más inorgánico y de m u c h o m e n o r base social - p u e s está lejos d e a g u t i n a r a la
gran mayoría de la población y el movimiento popular. D e l otro lado, el b l o q u e
conservador compuesto
por
los sectores más reaccionarios de la burocracia y el
mando militar, buscando capitalizar
en
su favor los sectores
más
atrasados d e la
población descontentos c o n las reformas liberales y contando c o n
la
posibilidad
de dar
un
golpe militar
-que
pasaría a ser viable en el caso dc
una
extrema p r o -
fundización de la crisis económica, social y política. L a acentuación
de
esta polari–
zación reduce la base política propia del liderazgo d e Gorbachov. Pero aunque
puede conducir a su caída,
no
implica necesariamente c l triunfo
dc
alguna d c las
tendencias extremas mencionadas, dada
la
debilidad relativa de ambas.
E l triimfo de la revolución democrática en los países más desarrollados
de
Europa d e l Este, conllevó también la apertura de u n nuevo proceso histórico. E n
las condicionales internacionales e internas mencionadas, el pasaje
del
socialismo
de Estado al socialismo d e m e r c a d o se convirtió, a p o c o de andar,
en
o t r o d e t r a n –
sición pacífica y democrática al capitalismo. E i elemento central d e esta inílcxión
fue el nuevo carácter privatista
que
tendió a a d q u i r i r la desestatización dc
las
e m –
presas -venta o concesión masiva al capital p r i v a d o - ,
cn
desmedro
de
las distintas
formas de propiedad social n o estatal.
Para dogalmente, este proceso fue iniciado p o r el advenimiento al poder u t
Solidaridad en Polonia, y la sustitución de su anterior programa autogestionario
1' El mercado negro esU conformado porel ronjuniode fuerias que operan al margen de la eco–
nomía eslalal, debiendo dislinguirse dentro de
¿i
tres tipos de sectores sociales distintos: los trabaja–
dores que laboran ilegalmenle por su propia cuenta
(chabacliniki) cn
ireas donde está prohibido el
Irabajo privado, como la construcción o los talleres de reparación de bienes de consumo duradero,
obteniendo ingresos que son hasta cinco veces mds altos que equivalentes de los trabajadores del
ís-
t*do, aunque sin gozar de ningún bcnencio social. Los funcionarii» corruptos "que tienen la posibili–
dad dedesviar los bienes altamente subvencionados por el Estado hacia el mercado sem¡subvenciona-
do o hacía el mercado libre [...] obteniendo beneficios proporcionales a la magnitud de la operación
realizada". Y loscomercianics cla,-idesiinos que articulan eslas distintas operaciones conel mercado
dc consumo, sededican al contrabando u operan en el merrado de divisas (Karol, " L a U R S S de Gor–
bachov". Nero;, Milico, noviembre de ]9S7). Entre ellos, 1гкdos últimos sectores constituyen la base
principal de ia futura burguesía rusa.
por e) p r i m e r proyecto dc privatización generalizada c o n ayuda d e l capital inter–
nacional ( e l plan M a z o w i e c k i ) . ! ^ Pero alcanzó una nueva d i m e n s i ó n c o n e l p r o –
nunciamiento masivo del pueblo estealemán en favor d e su reunificación nacional
con la R F A , en las condiciones y régimen económict>social d e ésta última. E n la
propia U n i ó n Soviética, ese proceso se abre cuando convergen el fracaso d e la p o –
lítica económica d e c o m p r o m i s o d e l gobierno dc G o r b a c h o v { " p l a n R i z k o v " ) y el
acceso al poder d e l yeltsinismo en l a federación rusa, el corazón económico, d e –
mográfico y político del país. D e s d e entonces, pareciera q u e sólo u n acuerdo G o r –
bachov-Yeltsin pudiera continuar el proceso d e democratización sin guerra civil, y
que este acuerdo - d e darse- operaría dentro d e u u a relación interna e internacio–
nal de fuerzas cada vez más favorable a la política privatista d e l segundo.
Pero la transición del socialismo de Estado al capitalismo, a u n q u e entera–
mente posible, m u y probable y ya segura en algunos países, será sin e m b a r g o u n
proceso largo, difícil y socialmente doloroso, q u e admitirá distintas posibilidades
de evolución. Junto a la asimilación lisa y llana al capitalismo occidental, p o d r á n
darse otras modalidades m u c h o más matizadas y sociales, c o m o la c o n f o r m a c i ó n
de economías mixtas con sectores privados menos desarrollados q u e en e l capita–
lismo occidental, o con sectores pfiblicos dominantes q u e agrupen al grueso d e la
gran industria y los servicios básicos, cualquiera q u e sea el nivel d c privatización
dc la agricultura, el comercio y la industria y servicios e n p e q u e ñ o .
D e n t r o de estas alternativas, a su vez, p o d r á n tener pesos m u y distintos las
empresas cooperativas y autogestión arias o la cobertura d e servicios sociales. Pero
el c e m e n t o fundamental d e subordinación al capitalismo será el creciente peso
del mercado m u n d i a l , que aunque compatible c o n modalidades socialistas d e tipo
escandinavo o distintas formas de socialismo de m e r c a d o , parece dejar m u y poco
lugar para la subsistencia a largo plazo dc economías autárquicas y d e dirección
centralizada.
Sin embargo, y con excepción de A l e m a n i a O r i e n i a l - d o n d e la reunificación
estableció u n contexto político completamente diferente-, existen c n todas partes
enormes obstáculos a la privatización. A ú n más q u e la d e p o r sí m u y fuerte resis-
lencia d e la burocracia, los principales son la debilidad d e las premisas e c o n ó m i –
cas y culturales interiores para el cambio - c o m o la escasa a c u m u l a c i ó n privada de
dinero capitalizable y la debilidad de las motivaciones empresariales y c o m p c t i t i -
El programa levantado por Solidaridad en el punto culminanlc dc la movilización popular cor–
lada porel golpe militar de Jaiuzelskí, se ubicaba dentro de lo quepodría llamanc un socialismo au-
logesiionarío de mercado. Solo planteaba la privatización de empresas a nivel rur^l (donde defendía
la propiedad campesina familiar), y cn el caso de lasempresas estatales urbanas sepronunciaba por su
autonomía conautogestión de los trabajadores. Se pronuirciaba expresamettic en favor del respeto a
"las ideas socialistas de la sociedad" y dc la "planificación democrática" ( V e r A . Dabal y L. Sepúlve-
da,"Los sucesos de Polonia y las perspectivas del régimen dc Jaruzclski",
Teoría y PtiÜtica,
núm. 6,
México, 1982).
principal Rn del Plan Mazowiecki aplicado a partir del primero de enero dc 1990,
por el contrario, plantea como otijclivo final "una economía de mercado dc características similaies a
las de otros sistema ya probados cn países altamente desarrollados" ( £ | х Ш а г , 3 d cenero de 1990). В
aspecto social del plan se halla en un conjunto dc medidas de protección que atenué losefectos socia­
les delmisrpo, como losplanea de ayuda alimenticia ydc vivienda y de ayuda a los descmpicados.
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