(Bujarin, Rikov, T o m s k y ] q u esustentaba punios d e vista más dcmocrálÍcos en r e
lación a la organización d e l conjunto d e la sociedad. Sobre todas estas cuestiones,
no fueron menos importantes las aportaciones criticas dc marxistas occidentales
de diferentes posiciones
como
Gramsci, Lukàcs
о
Korsch.
E n cl plano cspeclílco de la construcción del socialismo, también la crítica se
desarrolló cn varios campos, dc lo q u e sólo consideramos la cuestión dc la cstati-
Tación
cn relación a la gestión de la producción y
al
campesinado. C o m o quedara
planteado en c l punto anterior, la concepción bolchevique dio m u y poca impor
tancia al papel d e la gestión o el control obrero sobre la producción, así c o m o a la
autonomía de los sindicatos, dentro de una concepción teórica que terminó p o r
idcnliricar los intereses d e los trabajadores c o n los del partido y el gobierno c o m u
nista, y cl socialismo con la estatización d c los medios de producción bajo la direc
ción del partido c o m u n i s t a . S i a ello se le agrega q u e -salvo durante el m u y bre
ve interregno dc la N E P - predominó unaconcepción que consideraba al campesinado
como un enemigo dc clase que debía ser reprimido y expropiado, se termina de
conformar u n tipo dc ideología q u e asocia necesariamente la estatización con la
necesaria privación generalizada de derechos a la mayoría de la poblacióiL
La oposición fundamentada a estas concepciones desde el interior d e l p r o p i o
partido comunista soviético, sentó las bases para c l enriquecimiento de la teoría
marxista y la comprensión del ulterior proceso de degeneración. L a identificación
entre estatización y socialismo fue criticada desde diversas perspectivas internas,^!
que cn contraposición a las ideas dc L e n i n o Trotsky, concibieron al socialismo
limilarcs i
los
(le Stalin cncasi lodas las olras cuestiones consideradas cnel texto, ante las que mis
bien Tiolsky eipie.^i laexliema wrsión jacobina de ladictadura revolucnnaria el tenor rojo, el encanre-
lamieníode
laopoAicion,
lacensura,
la
militariución del Irabajo ola prohibición del derecho de huelga.
20 Durante el Noveno Congreso del partido comunista soviético rcaljudo ел 1920, L.enin esbozó
cl núcleo central de la concepción bolchevique .'.obre la naiuralcia de clase del Estado y la economía.
Гага il, esta no dependía enabsoluto de la forma especirica que adoptaba la oiganizaciún de
la
pro
ducción y
la
gestión económica, sino del carácter dc la propiedad de
los
medios de producción. Desde
que
el
prolelanado nacionalizó la pmpirdad capitalista de los mismo: por medio de su panido, p;:só a
serla clase dominante cualquiera fuera el cépmen de dirección económica, ya que este último depen
dí! dcconveniencias prácticas. Dentro dcesta perspectiva, se concibió a la participación dc los traba
jadores en las aclividades del tlstado
y
cl partido
(más
que en la cmpiesa}, como unmedio para com
batir la burocratización y mejorar la eficiencia dc las instituciones públicas (véase
S.
Farbei, ibidem).
De esta manera, se tendió a eicluir por definición teórica la posibilidad misma de unEstado burocra
tiсо-esplolador sobre cl conjunto del pueblo y ta pmpia dase obrera, loque es congruente con ullcrio-
res formulas políticas como la dc "Estado obrero burorratizado" (o "degenerado") utilizadas por el
Irot.ikismo para caracterizara! régimen stalinista.
^' Osinsky planteó en 191Б que "la nacionalizaeiiin [deU ¡ndusliiaj no era por it'misma en ningún
sentido equivalente a socialismo", yque aleicluir a los trabajadores de lagestión, "lot convertía en un
elemento pasivo, elobjeto más que el sujeta de laorganización del trabajo cn laproducción". Un pun–
to de visia parecido sostuvieron algo después la Oposición Obrera (Shlyapmkov, Kollantai) o cl grupo
•indicai de Tomsky, que dcfcndicron el traspaso de ladirección dc la industna a loisindicatos. La di–
ferencia entre ambas posiciones esluvo en que Osinsk-y proponía una red nacional de Consejos Econó–
micos del Pueblo (CIEP) integrado por delegados de las distintas empresas, que contaban a su vez con
dircitioncs meyontariamcnic obreras (dos tercios de la misma, dividida entre un tercio dc la pmpia
como u n U p o d i ; organización dc la producción q u e requiere necesariamente d e la
participación directa d e los propios trabajadores. D e s d e u n a d e estas perspectivas
- q u e creía q u e la capacidad d c gestión obrera sería resultado d e l socialismo y n o
su condición, dada su debilidad al m o m e n t o d e l a r e v o l u d ó n - , B u j a r m advirtió ya
cn 1921 sobre el peligro d c q u e cl atraso cultural d c las masas trabajadoras c o n d u –
jera a la asimilación dc las direcciones obreras a la b u r o c r a d a gobernante, a la
conformación de u n a nueva clase dirigente " m o n o p o l i s t a - b u r o c r á t i c a " y a la cons-
l i t u d ó n d e u n nuevo tipo d e Estado "burocrático-explot a d o r " .22
E n cuanto a las consecucndas d c la estatización forzada d c l a pequeña p r o -
d u c d ó n campesina, también Bujarin previo c o nprecisión el t r a n c o desenlace q u e
vivimos.
E l intento d e sustituir a todos los pequeños productores p o r funcionarios es–
tatales crea u n aparato burocrático tan gigantesco [señaló] q u e sus costos so–
ciales son más graves q u e ios provocados p o r la situación anárquica p r o p i a de
los estamentos d e pequeños productores. T o d a la f o r m a administrativa, todo
cl aparato económico del Estado proletario, sc convertirá entonces en cade–
nas de las fuerzas productivas y obstaculizarán su p r o p i o desarrollo. P o r eso
es ab-whilamente necesario romper ese aparato burocrático. O t r a s fuerzas lo
harán si n o l o hace cl proletariado mismo.23
empresa yotro de la CEP). Losovsky, a diferencia dc lo-: anteriores, consideraba que en Rusia no es–
taban aún d^das las condiciones para el socialismo, por lo que se oponía tanto a la estatización de la
industria (por considerarla una medida voluntarisla) como a laautogestión (en la que veía un factor
de desorganización de la producción). Pero partiendo de la misma definición de Osinsky del socialis–
mo, consideraba que los trabajadores debían preparacsc para asumir la dirección cuando eii.qlitwn
condiciones para ello (después del triunfo dc la revolución europea) mediante un tipo de control
obrero regulativo de la producción mis que organizador de ella (S. P'artier, ibidem).
2^ Paia Bujarin. "la dictadura del proletanado era en realidad la dictadura del partido {..] Como la
clase obrera era incapaz decrear su propia elite miclcctual cn cl seno del capitalismo, sus líderes más
destacados [del partido A. D.) procedían necesariamen te de una clase hostil [.-) de la intellgentsia
burguesa".
Si
duranle elperiodo de transición cl proletariado, dc maduración lenta уел su mayor par
te sin desarrollar, permanecía política, cultural yadministrativamente sulwrdinado a una serie de au–
toridades superiores, entonces era muy grande cl peligro dc que degenerata el ideal socialista. Si, ade–
más "los estratos avanzados del proletariado ¡sus cuadros dirigentes] habían de alienarse dc las
masas" y ser asimilados a las éliics administrativas dominantes, podían entonces fundirse en una "cas–
ta monopolista y privilegiada" yjuntos "transformarse enel embrión de unanueva dase dirigente".
IZsa nueva clase no estaría basada en lapropiedad privada, sino en el "monopolio de la autoridad y del
privilegio". Los únicos fenómenos que podía "minar" esa tendencia, eran el "aumento dc las (ucrus
productivas", "cl fin del moriopolio educativo" y laconsiilución creciente de organismos sociales inite-
pendientcs que llenaran el vacio que separaba al Estado revolucionario de la sociedad (S. P.Cohen.
Bujarin y la revolución bolchevique,
Siglo XX!, Mailrid, 1976, pp. 201
-?IM).
^ Esta idea fue desarrollada cn una época tan temprana como 1922 cn el IV Congreso de la Inter–
nacional, y constituirá desde entonces cl
leiitioliv
dc la lucha de Bujarin contra la política económica
prcconiíadi inicial mente por Prcobrashenski y Trotsfcy y luego por Stalin (víase Cohen, ibidem, y A.
G.
Lawy. El
сопшп11то
de Bujarin.
Grijalbo, Barcelona, 1972).