E n las áreas periféricas d e l capitalismo mundial, la extensión y m a d u r a c i ó n
del capitalismo, la complcjización d e las relaciones sociales o la i n t e m a d o n a l i z a -
ción d e los patrones culturales, están generando u n a nueva reladón entre c l Esta–
do y l a s o d e d a d civil, la a p a r i c i ó n d e nuevas formas d e cultura sodetaria y la verti–
ginosa extensión y a m p l i a d ó n d e la d e m o c r a d a . E n el plano cultural, ha
comenzado a emerger u n nuevo patrón d e comportamiento que acentúa los ele–
mentos seculares de la realización individual, ia responsabilidad social y el esta–
blecimiento de normas objetivas d e reguladón social, en detrimento d e las rela–
d o n e s ciánicas, cadquiles o corporativas heredadas d e los modos d e p r o d u c c i ó n
precapitalistas. L a s demandas democráticas han pasado a ocupar el lugar central
del escenario poh'tico m u n d i a l , extendiéndose al conjunto del planeta y a nuevas
esferas d e la
vida
social. P e r o también se está a m p l i a n d o su contenido para abar–
car cada vez más a la pluralidad social y el respeto a las minorías, al nivel q u e o c u –
pa d e n t r o d e ella el gobierno d e las mayorías.
E n conjunto, puede decirse q u e las nuevas condiciones históricas tienden a
generar condidones objetivas m u c h o más favorables q u e las anteriores, para el
desarrollo d e experiencias socialistas cercanas al ideal marxista originai. T a m b i é n ,
que la m u n d i a l i z a d ó n d e l capitalismo y la m u l t i p l i c a d ó n de las contradicdones
generadas p o r su desarrollo, permiten predecir u n nuevo ciclo de grandes conflic–
tos sociales, ecológicos y culturales q u e debieran hacer posible u n a transforroa-
d ó n radical d e las relaciones sociales. Pero ello n o sólo requerirá d e reformula–
ción d e la teoría socialista, sino también de la existencia de un nuevo m o v i m i e n t o
poh'tico social de masas orientado en esa perspectiva. ¿Podrá éste conformarse? Y
de hacerlo, ¿cual será ¡a influencia del marxismo en el mismo?
d)
La recomposición
del movimiento
socialista.
Esta cuestión comprende tan–
to la d e l desarrollo de u n nuevo movimiento sodalista, c o m o el d e la i n f l u e n d a y
capacidad d e o r i e n t a d ó n q u epueda jugar el marxismo dentro de él. Es el más d i –
fícil d e resolver y analizar, p o r q u e depende en mayor medida d e mcógnitas q u e
escapan al p r o p i o control d e los marxistas. ¿Podrá el capitalismo asintilar política–
mente a la clase obrera? ¿Será reparable el daño causado por cl desprestigio d e l
marxismo soviético? ¿Cómo se orientará la juventud en c l futuro? ¿Qué podrá resca–
tarse d e l viejo marxismo-leninismo? ¿Cual será el futuro de la s o d a l d e m o a a c i a y
sus scdores renovadores? L o q u e es d a r ò en todo caso es que será una tarea m u y
compleja, q u e insumirá un periodo prolongado y que requerirá de soludoncs muy d i –
ferentes a las que condujeron a la constitudón de las diferentes Intcmadonales.
E l marxismo deberá establecer u n a tajante diferencia entre lo q u ees él m i s m o
como instrumento cultural d e conocimiento y guía teórica para la acción, y l o q u e
deberá ser el nuevo m o v i m i e n t o sociaüsta c o m o fenómeno pluralista d e masas.
Para ello, deberá renunciar a tratar d e convertirse en ideología oHcial (de Estado,
de partido, de sindicato), p r o c u r a n d o establecer un nuevo tipo de r e l a d ó n entre
ios círculos y grupos marxistas c o n los movimientos políticos y sociales d e masas
basada en l a compi eme ntariedad y la i n t e r a c d ó n . E l l o requerirá que la intelectua–
lidad abandone los propósitos d e d i r i ^ r c o m o tal a los movimientos populares,
para sustituir ese pape! p o r cl de educador, colaborador y orientador, lo q u e r e –
querirá d e u n nuevo tipo de metodología d e trabajo q u e r o m p a c o m p l e t a m e n t e
con la t r a d i d ó n voluntarista y paternalista d e l viejo socialismo.
Para hacerlo deberá apoyarse e n las mejores t r a d i d o n e s políticas d e l socialis–
mo anterior, aplicables en la época actual, c o m o l a d e la construcción d e los g r a n –
des sindicatos y partidos d e masas del siglo XIX y principio d e l x x , la organización
de consejos obreros o la r e f o r m u l a d ó n gramsciana d e la teoría d e l a r e v o l u d ó n .
También en las aportadones d e las corrientes avanzadas del movimiento poh'tico-so-
d a l como las autogestionarias, feministas, ecologistas, antirracistas, pacifistas o defen–
soras de derechos humanos y dviles. Fmalmente, tener presente para n o r e i n d d i r en
ellcK,
las acciones y métodos del sodalismo d e Estado y elvoluntarismo burocrático.
E l nuevo movimiento deberá necesariamente ser u n s o d a l i s m o m o d e r n o , q u e
abarque a las nuevas fuerzas d e l trabajo y c l progreso, respetando sus propias ten-
d e n d a s y modalidades d e acción, lucha y organización. S u base s o d a i deberá ser
m u c h o más amplia y compleja que la d e los anteriores movimientos socialistas, d a –
do el cambio sustancial q u ese ha operado en la c o m p o s i d ó n s o d a i y cultural d e l
" o b r e r o colectivo": e l p r e d o m i n i o cuantitativo d e los empleados sobre los obre–
ros, el creciente peso de las mujeres frente a los hombres, l a gran importancia fun–
cional y numérica d e l trabajo científico, la m u l t i p l i c i d a d d e los niveles de califica–
ción, la c o m p o s i d ó n m u l l i r r a d o n a l y multiétnica, ta importancia creciente d e los
problemas det consumo familiar y colectivo, d e l a c a p a d l a c i ó n o d e l t i e m p o libre.
£1 movimiento sindical o l o q u e quede d e él, deberá superar su tradición pura–
mente distríbu d o n i s i a para orientarse m u c h o más h a d a los problemas d e la p r o –
ducción, la capacitación y la gestión. L a conversión d e esta nueva clase obrera en
una clase "para s f será una larca m u ycompleja q u e requerirá d e la integración
en un solo sujeto político social d e l trabajador c o m o p r o d u c t o r - e n el lugar de
trabajo- y como consumidor - e n la c o l o n i a - , l a resolución d e los confiictos inte–
riores d e género entre hombres y mujeres, culturales entre obreros e intelectualeí
o étnicos entre nacionales y migrantes, l o q u e requerirá d e u n enorme trabajo cul–
tural de comunicación y con cien tización. E l sindicato n o p o d r á c u m p l i r todas es–
tas funciones y aún así deberá asumir algunas d e ellas convirtiéndose en u n centro
de capacitación y educación obrera.
Pero dentro d e esta nueva perspectiva socialista, el nuevo m o v i m i e n t o obrero
sólo será una parte d e u n movimiento popular y democrático m u c h o m á s amplio
integrada por cooperativas, uniones d e consumidores, colonos y pequeñas p r o –
ductores y prestadores d e servicios, o d e grupos feministas, ecologistas, de mino–
rías discriminadas o en lucha p o r derechos humanos, entre otros. L o s nuevos par–
tidos socialistas debieran concentrarse en canalizar, orientar y organizar la lucha
política al interior del Estado, a m p l i a n d o espacios democráticos, f o r m u l a n d o p r o –
gramas específicos -adaptados a las condiciones d e cada p a í s - y propuestas de
poh'ticas públicas, p r o p o n i e n d o reformas institucionales y sociales, p r o m o v i e n d o
la participación y et desarrollo d e la conciencia política del pueblo y tratando de
conformar c o n sus organizaciones sociales y culturales bloques d e convergencia
democrática co camino a la IransTormadóo
d e l
sistema capitalista.