Los suicidad en la literatura - page 113

Carlos Gómez Carro 
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los días que preceden al día funesto, el preso recuerda que su obra
más ambiciosa, el drama en verso
Los enemigos
, nunca la terminó y
le pide a Dios un año de plazo para poder concluirla. En un sueño
laberíntico, repaso de las obsesiones del escritor, el deseo le es con-
cedido y en el momento del cuádruple disparo del pelotón de fusila-
miento que finalizaría su vida, ocurre el milagro anunciado y todo
se detiene, cual si fuese la prisión “una juguetería / que se quedó sin
cuerda”, como escribe el mexicano. Aquél, en el año del milagro,
ordena, rehace y modifica cada uno de los hexámetros de su compo-
sición. Previsiblemente, al concluir la obra, se reinicia el tiempo
suspendido, los disparos ocurren y muere el escritor. Tal vez, Bor-
ges habría imaginado a López Velarde en el mismo trance y solici-
tud, en la concepción de “La suave Patria”
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Un rastreo más en este sentido. En el prefacio a
Las palabras y
las cosas
, Michel Foucault señala que el libro que presenta se origi-
na en la perplejidad y el asombro (“mi propósito es meramente
asombroso”, escribiría el argentino en su relato “Pierre Menard au-
tor del Quijote”) de la lectura de un pasaje de la ficción (ensayo y
cuento a la vez) de Borges, “El idioma analítico de John Wilkins”.
En tal texto se discuten las vicisitudes existentes en la creación de
un lenguaje que se supeditara a un orden racional, semejante a la or-
denación clasificatoria de una biblioteca. Si una primera letra (a),
por ejemplo, corresponde a los animales, una segunda podría refe-
rirse a los mamíferos (b) y la tercera, a una de sus clases, los félidos,
digamos (c), y un cuarto carácter (d) a los tigres, de modo que un ti-
gre sería: abcd. El texto es la discusión del fracaso de tal tentativa, a
la improbabilidad de que el lenguaje se supedite a un orden racio-
nal. Lo que se nos presenta es, presumiblemente, el sumario de se-
res que habitan una clasificación imposible, e impensable, en el
mundo de los objetos reales, pero no en el del lenguaje:
Este libro nació de un texto de Borges. De la risa que sacude, al leerlo,
todo lo familiar al pensamiento —al nuestro: al que tiene nuestra edad
y nuestra geografía—, trastornando todas las superficies ordenadas y
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En el engranaje literario de las correspondencias, el minuto velardiano, tras-
mutado en el año borgeano, Gabriel García Márquez lo transforma, en
Cien años de
soledad
, en el resumen de toda una vida: “Muchos años después, frente al pelotón de
fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar la tarde en que su padre
lo llevó a conocer el hielo...”. En la novela, el instante del fusilamiento se alarga y su
héroe sueña, en ese instante metafísico, toda la historia de Macondo, en la que sus
héroes no tendrán otra oportunidad sobre la Tierra.
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