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Tema y Variaciones de Literatura 40
Un cuerpo intacto ante la muerte y sin una larga agonía,
Ni me des enfermedad larga
en mi carne, que fue la carga
de la nave de los hechizos
[...]
Mas con el pie en el estribo
imploro rápida agonía
en mi final hostería.
73
El poeta cumplió treinta y tres años tres días antes de su muerte, de
modo que el poema “Treinta y tres” debió escribirlo también en ese
estado de postración. En el registro de sus creencias, no es difícil
ver como un precioso augurio la coincidencia, quizá deseada, de su
deceso a la “edad del Cristo azul”. Pero no por sentir hacia la vida
alguna clase de reproche, pues para ella tiene “un solo calificativo:
el de formidable”, sino porque, como señala en “Obra maestra”: “...
el albedrío de negar la vida es casi divino”.
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Su infortunio en el juego y en el amor, el deber hasta el traje que
viste y la muerte de tantos amigos, la de Madero mismo y de Satur-
nino Herrán, el deceso de la amada y el rechazo de la “dama de la
capital”, podrían haber hecho de él un hombre rencoroso hacia la
vida y hacia Dios, pero no: se trata de un hombre fiel y ya por ello
admirable. Para la patria sólo hay gratitud y la viste con un traje for-
midable, en medio de su agonía, y con ella imagina un amor incon-
mensurable y afortunado como, quizás, no lo tuvo con ninguna de
las mujeres a las que amó. Y para con la vida no tiene más que agra-
decimientos:
Uno es mi fruto:
vivir en el cogollo
de cada minuto.
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Y es así porque siente que su vida se dirige toda hacia ese destino
prodigioso y coincidente con su libre albedrío, en un juego de cartas
y de fichas. Pues el arcano final de la vida es poder definir cuándo
ha de concluir la propia y hacer de ello algo “casi divino”, conse-
73
Ibíd
., pp. 249-250.
74
“Obra maestra” (M), p. 279.
75
“Todo...” (Z), p. 224.