Los suicidad en la literatura - page 98

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Tema y Variaciones de Literatura 40
El trueno es la expresión culminante, orgásmica, del amoroso
crujir
de los esqueletos: las parejas que, al hacer el amor, hacen efectiva la
“resurrección de la carne”, arcano favorito del poeta. Y es en ese
trueno donde se adivina el sumario de la creación, el instante prodi-
gioso en que todo adquiere sentido y el azar deja de serlo y se trans-
forma en destino prodigioso: “Y oigo en el brinco y de tu ida y veni-
da, /oh trueno, la ruleta de mi vida.”
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De tan explícito que resulta “el brinco de tu ida y venida”, pare-
ciera imperceptible su diáfana literalidad. Un trueno en el que co-
mulgan juntos lo que fue, “lo que aún no toco / y la hora actual, con
su vientre de coco”. De “coco” es el momento presente, pues en su
vientre se cocinan agua y aceite, que en la sabiduría popular no se
pueden mezclar y, sin embargo, en la contradictoria historia que le
toca vivir al poeta los ve coexistir.
Con la palabra “muelle” se produce otra asociación semejante.
La relación proviene del efecto de las carretelas en que las cortesa-
nas daban sus servicios en la calle Madero y que deben haber proli-
ferado en la convulsión revolucionaria (muchas de ellas, de impeca-
ble recato en su pueblo de origen), al mismo ritmo que las
enfermedades venéreas. El muelle alude al trote de la carretela que
en la metonimia es el bamboleo de los “enamorados” y del “crujir”
de sus huesos: “Sara, Sara, golosina de horas muelles”.
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¿No debemos analizar con el mismo procedimiento aquello del
“santo olor de la panadería”? Sin duda. En su ya citado “Poema de
vejez y de amor” de
La sangre devota
, el poeta apuntaba su parecer
de percibir a la amada como “un pan humilde que se amasa”:
y que eres a mis ósculos sabrosa,
no como de los reyes los manjares,
sino cual pan humilde que se amasa
en la nativa casa
y se dora en los hornos familiares
Se trata de una singular asociación con la tradición cristiana, en donde
el cuerpo de Cristo es el pan que éste ofrece a los apóstoles en la última
cena. El pan es el cuerpo de Dios, de modo que “el santo olor de la
panadería” es el que se desprende de los cuerpos acoplados en la
sincronía de su “ida y venida” (sin que por ello deje de ser, por
50 
Loc. cit.
51 
“A Sara” (SD), p. 168.
1...,88,89,90,91,92,93,94,95,96,97 99,100,101,102,103,104,105,106,107,108,...306
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